El académico Javier Urbano Reyes descarta que la solución surja de las autoridades
Propone una gestión de fronteras y ampliar los mecanismos de movilidad temporal
Jueves 21 de agosto de 2014, p. 15
La migración se ha complicado enormemente en estos años; sin embargo, la política al respecto sigue siendo la misma: contener el flujo. Ahora, además de ser un país de tránsito, origen y expulsión de migrantes, somos uno de deportados con hijos ciudadanos estadunidenses, y quienes migran son niños, mujeres y ancianos, los sectores más vulnerables al crimen y a los abusos de la autoridad, afirmó en entrevista Javier Urbano Reyes, coordinador del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana.
Para el investigador es indispensable cambiar la actual política por una gestión de fronteras. Pensar en poner más obstáculos a los migrantes –como evitar que aborden el tren La Bestia– sólo eleva el tabulador de compraventa de la carne humana, porque tendrán que pagar más a traficantes y autoridades para transitar
.
Sin embargo, el experto no ve ninguna posibilidad de cambio en las políticas migratorias, por lo que será sociedad civil la que siga cargando la responsabilidad de hacer frente al problema.
Respecto al informe sobre migración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el académico consideró que su principal utilidad social es evidenciar ante el mundo que México tiene un discurso de defensa de los derechos de los migrantes, pero que en realidad hay muy poco hecho.
Los avances del Estado de los que habla el informe, continuó, son únicamente la creación de leyes en la materia. Sin embargo, aún no se pueden evaluar ni su ejecución ni si han tenido efectos contundentes en la procuración de los derechos humanos de los migrantes.
Pero evidentemente han sido nulos sus efectos. Se han limitado a crear más barreras a la migración y a pensar que en la medida en que la obstaculizan consiguen una política exitosa. ¿Quieren hacer una política humanitaria y no una de vergüenza? Hay que gestionar las fronteras y ampliar los mecanismos de movilidad temporal. Con las visas para migrantes ni México ni Estados Unidos se van a llenar de ellos
, aseguró.
También son necesarios, señaló, convenios de intercambio de información sobre migración con Centroamérica. Hay que revisar la posibilidad de establecer acuerdos de movilidad de trabajadores en la frontera sur y armonizar las leyes de nuestros países para la persecución de delitos como el secuestro, la trata o la extorsión, además de que la cooperación de México estas naciones debería pasar por crear incentivos para que la gente no necesite salir de su país.
Añadió que la sociedad civil en México presiona constante e insistentemente, pero el gobierno tienen disposición a convocar (a organizaciones, activistas, etcétera.) con mucha regularidad, pero muy poca o nula disposición para aplicar las recomendaciones
que se le hacen.