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Prevén académicos la muerte de fauna acuática y terrestre

El desastre ambiental en Sonora durará varios años
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de agosto de 2014, p. 6

El derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado en el río Bacanuchi en Cananea, Sonora, por parte de la mina Buena Vista del Cobre –propiedad de Grupo México, que encabeza Germán Larrea–, representa un desastre ambiental para la zona que se prolongará varios años, aseguraron académicos universitarios.

Alfonso Vázquez Botello, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apuntó que esa sustancia convierte en tóxica al agua al robarle oxígeno, por lo que matará a toda la fauna (acuática y terrestre) que habita en torno a ese cuerpo acuífero.

Calificó el hecho de ‘‘ecocidio’’, porque acabará con los organismos vivos y la recuperación de los acuíferos afectados tardará varios años. Aunado a ello, afirmó que miles de pobladores se verán afectados al no contar con el agua de ese río. Explicó que si una persona consume esa agua sería como beber ácido, por lo que se destruiría el paladar y quemaría la garganta.

‘‘Los sistemas naturales como ríos, costas y mares tienen cierto poder de depuración, pero no se puede abusar de ellos. La contaminación de los mantos acuíferos es un problema que está creciendo y no sólo en las zonas marinas. Esto se origina por la falta de aplicación de la ley.’’

El académico resaltó que México es uno de los países más ricos en leyes ambientales, pero éstas no se cumplen debido a la tibieza de las autoridades.

‘‘Yo no he visto que los responsables de éste y otros hechos sean sancionados. En el caso del río Bacanuchi los empresarios ya deberían estar respondiendo legalmente y en la cárcel, porque la resolución de este suceso será un ejemplo ahora que tras la reforma energética se prevé un panorama ambiental desolador donde decenas de empresas vendrán con todo a explotar nuestros recursos. Si no hay una sanción adecuada, se mandará el mensaje de impunidad.’’

En ese sentido, el investigador indicó que no basta con la demanda contra Grupo México (interpuesta por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) y menos con una multa de 40 millones de pesos, ya que los costos por resarcir este evento serán mayores. ‘‘¿Quién restaurará la zona? Si lo hacen las autoridades ambientales será un costo para el erario y no para el empresario. Corresponde a Larrea y a su empresa hacerse cargo.

‘‘Un ejemplo similar se dio en Estados Unidos, cuando se presentó el derrame de la plataforma petrolera de Luisiana en 2010, que costó en multas más de 10 mil 500 millones de dólares y además se obligó a la British Petroleum a resarcir los daños, para lo que destinó alrededor de 25 mil millones de dólares’’.

A su vez, Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM y secretario ejecutivo de la Reserva del Pedregal de San Ángel, indicó que la cantidad de ácido que se vertió en el río Bacanuchi es equivalente al contenido de 40 mil tinacos domésticos. Ejemplificó que con el agua de todos estos tinacos se podría dotar en un solo día a 160 mil personas.

Consideró que el derrame de este contaminante tendrá dos impactos: el primero será la muerte de todas las especies del río y la afectación a las personas que dependen del mismo; incluso podría haber quienes tuvieran quemaduras.

‘‘Sonora cuenta con 53 especies de peces, cuatro de ellas endémicas; en ese río hay una de esas cuatro, que es el pez gato. Además, hay tres especies de ciprínido, que son parientes de las carpas. Muy probablemente ya se perdió toda la biodiversidad de la zona.’’

El segundo problema, dijo, será a largo plazo, pues aun cuando ese manto acuífero logre regenerarse, lo que tardará décadas, en el fondo se acumularán metales pesados que se irán desprendiendo poco a poco con el movimiento de las aguas y afectarán la salud del ecosistema y de los humanos. Es de señalar que estos materiales pueden ser causa de cáncer, tanto en los animales como en las personas.

Zambrano apuntó que es un hecho lamentable, pero era predecible debido a que hay estudios internacionales que revelan que en todos los lugares del mundo donde hay mineras tarde o temprano se dan fugas de este tipo, ya sea por lluvias atípicas o por los terremotos que pueden dañar las presas. ‘‘Esto debería ser considerado en lugares críticos donde se pueda afectar la biodiversidad y al ser humano’’, apuntó.

María Aurora Armienta, del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo que se necesita hacer un estudio en la zona, con especialistas capacitados, para evaluar los daños causados por este derrame.