Muchos consideran normales estas conductas pese al daño que pueden provocar
Muchos, al margen del reconocimiento oficial, sin que signifique que no ocurran, señala
Entre ellos están la ortorexia, vivir a dieta
, la pregorexia, el comedor compulsivo y la rumiación
Sábado 26 de julio de 2014, p. 33
Los trastornos inespecíficos de la alimentación están subdiagnosticados, no sólo debido a que quienes los padecen no suelen recurrir a ayuda médica, sino porque muchos consideran normales estas conductas, pese a que pueden provocar daños tan severos como los que ocasionan la anorexia o la bulimia, señaló a La Jornada la doctora Eva Trujillo, presidenta del capítulo hispanolatinoamericano de la Academia de Trastornos Alimentarios.
Precisó que entre las alteraciones no específicas de la alimentación o conductas alimentarias de riesgo está la ortorexia. Quienes la padecen, detalla, buscan alimentarse en forma extremadamente sana y de manera casi obsesiva, lo que puede poner en riesgo su salud física y emocional
. Los ortoréxicos dedican cada vez más tiempo a resolver cómo cumplir su régimen dietético autoimpuesto y se ven obligados a planear sus comidas con varios días de antelación, siendo incapaces de comer los alimentos disponibles por miedo a las grasas y las sustancias químicas.
También vivir a dieta
es una conducta inespecífica de la alimentación: son personas que siempre están a dieta, la hacen una semana y la dejan, recuperan el peso y a veces hasta ganan más kilos y luego otra vez hacen dieta
.
Trujillo, directora médica de Comenzar de Nuevo, organización dedicada al tratamiento y prevención de desórdenes alimenticios, apuntó que también la pregorexia se incluye en esta clasificación. Afecta a mujeres embarazadas que tienen una obsesión por cuidar su alimentación durante la gestación y tienen miedo a subir de peso durante esta etapa
.
Señaló que los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están clasificados en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM), y acotó que muchos alteraciones inespecíficas no han sido reconocidas oficialmente, lo cual no significa que no ocurran.
Precisó que en la quinta edición del DSM –cuya versión anterior ya incluía la bulimia y la anorexia como TCA específicos– se suma el trastorno por atracón; el del comedor compulsivo, que fue reconocido como una entidad única, y vienen también diversos TCA inespecíficos, que no cumplen todos los criterios de frecuencia y duración que tienen los TCA específicos; por ejemplo, aquí entra la anorexia nerviosa atípica
.
Añadió que estas alteraciones inespecíficas tienen prevalencia importante en adolescentes de hasta 30 a 35 por ciento, pero la estadística oficial en México maneja 5 a 18 por ciento de casos que cumplen todos los criterios para conductas alimentarias de riesgo
.
La experta comentó que los TCA específicos o inespecíficos tienen como origen la insatisfacción corporal aderezada por la presión social y el ideal de belleza basado en una delgadez casi enfermiza
. Apuntó que la prevalencia de un ambiente obesogénico, adverso al ideal de delgadez sumado a la insatisfacción corporal, contribuye a que se detonen estos desórdenes.
En la medida que aumenten los índices de sobrepeso y obesidad, el acceso a alimentos ricos en grasas saturadas, a dietas y a comida rápidas, habrá más TCA. Hay una fuerte relación entre obesidad y el desarrollo de conductas alimentarias de riesgo
.
Tras anunciar que el 19 y 20 de agosto se realizará en Monterrey, Nuevo León, el X Congreso Hispano Latinoamericano de la Academia de Trastornos de la Conducta Alimentaria, indicó que otro desorden no específico es la rumiación, que consiste en la regurgitación recurrente, sin esfuerzo, de comida, la cual es vuelta a masticar o a tragar o es escupida. Este comportamiento no se debe a una condición médica como el reflujo gastroesofágico y ocurre sin la presencia de náuseas.
El trastorno restrictivo-evitativo de la ingesta, clasificado en el DSM-5, también es considerado inespecífico. En éste, los pacientes presentan severas alteraciones que resultan en pérdida significativa de peso y deficiencias nutricionales. Se da en gente que no sube de peso y son selectivos para comer. No están preocupados por cómo se ven, a diferencia de lo que ocurre en la bulimia o la anorexia
, indicó.