La afectación hídrica ha causado los mayores daños en el país
Viernes 18 de julio de 2014, p. 39
El 55.39 por ciento de la superficie territorial de México está erosionada, principalmente por factores hídricos como lluvias, granizadas, crecida de ríos o por efecto de riego. También se debe a causas eólicas como remolinos, tolvaneras y tornados y al hombre que modifica el paisaje de manera abrupta e irreversible con la construcción de carreteras, asentamientos urbanos, gasoductos, líneas de transmisión y presas, entre otros, aseveró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La erosión es el desgaste que se produce en la superficie de la tierra de agentes externos como el agua (erosión hídrica) y el viento (erosión eólica) y acelerados por la acción del hombre (erosión antrópica).
En total, México tiene un millón 76 mil 778 kilómetros cuadrados afectados por algún tipo de erosión y hay 4 mil 934 en extrema erosión
, es decir, 0.25 por ciento de la superficie total.
Según el instituto, la erosión de los suelos en México por causa del hombre apenas afecta al 0.12 por ciento del territorio nacional, que equivale a 2 mil 387.5 kilómetros cuadrados, y la erosión eólica abarca 46 mil 779.32 kilómetros cuadrados o 2.4 por ciento del total. En cambio, la erosión hídrica, causada por el agua pero en forma de torrente, ha dañado un millón 27 mil 611.50 kilómetros cuadrados o 52.86 por ciento de México.
Por grados de erosión, resulta que casi la tercera parte de la superficie del país presenta una erosión leve, esto es, 608 mil 791 kilómetros cuadrados que equivalen al 31.32 por ciento del total.
Otro 18 por ciento del territorio tiene una erosión moderada, 3.12 por ciento registra erosión fuerte y otro 0.25 por ciento erosión extrema. Puede presentarse en forma laminar (47.51 por ciento del total), de surcos, tolvaneras, montículos, dunas y cárcavas.
Este año, para conmemorar el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía –celebrado el 17 de junio y que la Organización de Naciones Unidas estableció desde 1994–, se lanzó como lema La tierra pertenece al futuro: ¡protejámosla del cambio climático
.
La ONU fijó como objetivos que sus países miembros aumenten en sus políticas públicas la atención sobre el suelo en su adaptación al cambio climático, así como su importancia en la seguridad alimentaria y movilizar recursos para su gestión sostenible.