Alumnos de primero y segundo año del centro que dirige Guillermo Briseño presentan trabajo final
independientes y críticos, premisa de escuela de rock
No someterse a los rigores de la televisión comercial, que es la dueña todavía de una gran parte del negocio musical, aconseja el pianista
Presentan su primera producción discográfica
Martes 24 de junio de 2014, p. 9
Verónica y Natalia cantan como si un espíritu gospel se hubiera introducido en ellas. Juan Carlos construye sus primeros riffs ante el público, con los cuales quiere emular a Brian May, de Queen. Adán desea mutarse en Freddie Mercury, pero con estilo chilango. Dea y Sharon toman el bajo eléctrico como si se aferraran al amor de su vida.
Otros arman su combo coral; prepararon Rapsodia bohemia, de la mencionada banda inglesa. Son 10 alumnos de primero y segundo año de la Escuela del Rock a la Palabra, que mostró la semana pasada los ensambles de sus primeros grados. En los primeros días de julio realizará la de graduados de cuarto año, el último en esta academia gratuita de música, que depende de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal.
Cada que termina un ciclo, alumnos de la escuela se agrupan, preparan un tema de rock o cualquier género cercano –incluso piezas corales– y actúan ante el público y sus maestros, para mostrar lo aprendido a lo largo del curso. Una especie de evaluación abierta, en la que algunos de sus profesores, unos locos, como todos
los de la escuela, dijo el músico Guillermo Briseño, tocan con ellos.
Fueron 10 grupos cuyos integrantes actuaron entre sí. Con piezas originales y covers, los discípulos del rock intentaron revisitar, a su modo, a artistas como Etta James, Tina Turner y Erick Johnson. Los califica el mismo público del foro de este plantel. Los académicos les hablan de armonía, de tiempos, pero, sobre todo, de emoción. Todo va sobre la formación humana.
Los comentarios se hacen acordes con el objetivo de la escuela: Formar músicos que aprendan a tocar, interpretar; que logren un discurso propio, generen una opinión y la conviertan en un hecho artístico, inteligente y sensible, en el cual prevalezca la palabra y la poesía como ejes vitales en el espíritu del rock
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Son los frutos de este árbol, como los que se dieron en mayo pasado, cuando algunos alumnos presentaron en la Feria Internacional Cubadisco 2014 su primera producción discográfica Más pimienta al rocanrol, que contiene poemas musicalizados del repentista habanero Alexis Díaz Pimienta.
Esto abre la puerta de algo que hay que cultivar. Es la posibilidad de no verse limitado a lo que tan disminuidamente puede ofrecer nuestro país, dijo al respecto el director del colegio, el bluserísimo Guillermo Briseño.
Mostrar lo hecho; tocar y aprender
“Aquí se tuvo que responder como se pudo, con los amigos, dinero que nos prestaron, que nos regalaron, incluso… Aportaciones muy importantes para cumplir con la tarea de la escuela que se divide en dos vertientes básicas: mostrar lo hecho, tocar y aprender”, dijo Briseño en el boletín de la Secretaría de Cultura, en el que destacó haber hecho las canciones, una obra que tenga calidad: bien compuestas, interpretadas y cantadas. Esto abre la puerta de algo que hay que cultivar. Es la posibilidad de no verse limitado a lo que tan disminuidamente puede ofrecer nuestro país, y por eso se deben seguir preparando
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Briseño considera como obligación de los alumnos organizarse de forma autónoma preferentemente, y no someterse a los rigores de la televisión comercial que son los dueños todavía de una gran parte del negocio musical.
“Es mejor que se mantengan independientes para que puedan conservar criterios, inteligencias, razones limpias y auténticas, y hacerse una vida con eso.
A todo decimos que sí, pues queremos encontrar maneras en que los muchachos encuentren salidas y espacios nuevos para su obra e imaginación
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El pasado mayo participaron integrantes de la escuela en la Feria Internacional Cubadisco 2014, que se efectuó del 19 al 27.
A La Habana viajaron 40 personas, 31 alumnos entre 17 y 30 años y nueve maestros: Fredy López y Frino, de la agrupación La Mula de Sietes, y Felipe Souza, Juan Carlos Márquez, Juan Carlos Novelo, Christian Rodríguez, Federico Luna, Estela Miller y Briseño, de El Glorioso Magisterio.
El curso en ese encuentro surgió a raíz de un convenio entre la Cátedra Honorífica de Poesía Improvisada de La Habana, dirigida por Alexis Díaz Pimienta, y la institución musical mexicana, que encabeza Guillermo Briseño. De las clases surgió la idea de ponerle melodía a algunas de las obras del repentista, entre ellas A la salida de La Alhambra, Mujer con vestido rojo y Décimas donde confieso que te amo porque tienes rostro de muchacha antigua, todas de su libro La sexta cara del dado.
Además de su experiencia en la Feria, Briseño con su grupo El Glorioso Magisterio y La Mula de Sietes tocaron en el Maxim Rock, lugar destinado para este género en la capital cubana.
Los escolapios de esta escuela se presentaron, junto con Briseño, este domingo en la Fiesta Callejera El gran cocodrilo, con una lectura de poemas para conmemorar el centenario del natalicio del poeta Efraín Huerta.
La escuela está en Avenida de la Paz 26, entre Insurgentes y Miguel Ángel de Quevedo, cerca de la Estación del Metro Miguel Ángel de Quevedo, línea 3, y/o de la Estación de Metrobús La Bombilla.
Más informes al teléfono: 1719-3000, extensión 1012.