Sitio de moda en los años recientes, el polígono de la Roma-Condesa se encuentra saturado de restaurantes-bar, cantinas y chelerías, que amenazan con acabar con la poca vida barrial que aún se conserva en la zona.

Varios son los puntos críticos identificados por los colonos: uno de ellos es la glorieta de la Fuente de la Cibeles, adonde acuden hijos de políticos y funcionarios públicos, por lo que los residentes no sólo tienen que lidiar con el ruido que se extiende hasta la madrugada, sino también con escoltas y elementos del Estado Mayor Presidencial que cierran calles y bloquean los accesos a sus casas.

Los vecinos han contabilizado en tres calles –Sevilla, Durango y Oaxaca– 36 negocios que durante el día ofrecen servicio de restaurante, pero en la noche se convierten en antros. Aunque sólo abren por las noches; entre los que más tumultos ocasiona es el Walther, bar que ofrece a su joven clientela una vida nocturna al estilo neoyorquino, hasta al amanecer.

También en la colonia Roma, la avenida Álvaro Obregón es otro punto de bullicio nocturno donde impera el caos y el desorden, pues ante lo reducido de los locales, los meseros sirven las bebidas a los clientes en las banquetas, como en el bar El Félix, donde son frecuentes las aglomeraciones.

Según los colonos, en la colonia Roma Norte III se han otorgado permisos de manera desmedida para la venta de bebidas alcohólicas. Un reporte del movimiento vecinal Ciudadanos Sí señala que ésta tendencia se incrementó el año pasado cuando se abrieron 120 negocios y otros más están por hacerlo, sin contar con el correspondiente uso de suelo, o bien éste es para galerías.

Un caso es el ubicado en Guanajuato 84, que comenzó operaciones como galería de arte y cafetería, pero en su carta hay más cocteles y bebidas alcohólicas que café. Su uso de suelo es habitacional e incluso se habilitó en una casa catalogada, pero por todos es conocido como el bar Compañy.

Los vecinos están a la expectativa de lo que ocurrirá con el local del restaurante Los Tamales y algo más, que recién cerró sus puertas, como muchos otros establecimientos que le daban un toque tradicional a este barrio.

En el otro extremo, en la Condesa la vida nocturna de la avenida Tamaulipas y Nuevo León se ha extendido hasta las calles aledañas a Benjamin Hill, donde abundan las chelerías que expenden alcohol a todas horas a los estudiantes de La Salle.

Ante el auge de estos negocios, que no cuentan con medidas de protección civil, ocasionan ruido hasta la madrugada y se apoderan de calles y banquetas por los valet parkings, los vecinos iniciaron una campaña a través de mantas en sus casas en las que exigen poner un alto a los cambios de uso de suelo.

No estamos en contra de la vida social o de la generación de empleos con estos negocios, y tampoco pretendemos tener las colonias de los años 50, pero sí que haya orden, porque están desbordadas, argumentaron.

Las autoridades de la delegación Cuauhtémoc actuaron y en los recientes días han suspendido actividades en 18 bares, chelerías y restaurantes.