La inclusión de fármacos innovadores en el catálogo de medicamentos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) bajó 46 por ciento en los pasados seis años, y 60 por ciento en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), lo que representa un reto para la industria farmacéutica, principalmente trasnacional.

Un análisis de la consultora IMS Health resalta el contraste de esta situación con la agilización de trámites que se ha dado en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para la obtención de registros sanitarios de esas medicinas. Entre 2011 y 2013 el organismo autorizó la entrada al mercado nacional de 101 productos.

Héctor Valle, director general de IMS Health en México, presentó ayer el reporte Dinámicas del mercado farmacéutico, en el cual destaca el crecimiento de 6 por ciento en el sector durante los últimos cinco años, con lo que al término de 2013 reportó un valor de 194 mil 948 millones de pesos.

A escala global, los países con mayor crecimiento son Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia.

Respecto a la situación en el país, Valle destacó el incremento de la carga de enfermedades, en particular las crónicas, cuya atención implica un costo elevado. Entre 10 naciones analizadas, México resultó con el mayor número de años de vida saludable perdidos a causa de males como insuficiencia renal crónica, diabetes, cardiopatía isquémica, hepatitis C, trastorno bipolar y epilepsia.

Planteó que otros países con una inversión más alta en salud reportan mejoría en el control de estos padecimientos. De hecho, dijo, México tiene una inversión baja, de 6.2 por ciento del producto interno bruto, comparada con el 9.6 por ciento como promedio entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Además, persiste la tendencia a una inversión más alta en salud proveniente del bolsillo de las familias (51 por ciento), contra 49 por ciento del gasto público. En la OCDE, este aporte privado representa 27 por ciento. Se requiere más dinero público para destinar a la atención de las personas, subrayó Héctor Valle.

Sin embargo, en México, a causa de restricciones presupuestales y la política nacional de dar prioridad a la compra de genéricos, y por otro lado el alto costo de los productos innovadores, se explica que muy pocos de estos productos se incluyan en el cuadro básico de fármacos del sector salud y en los catálogos de las instituciones.