Fue la primera novela que quiso hacer; sólo a los 38 años se sintió listo para concebirla
Le valió el Premio Nobel de Literatura y ha sido traducida a 40 idiomas
Viernes 18 de abril de 2014, p. 15
En la soledad de su habitación, con las 28 letras del alfabeto de la máquina de escribir y dos dedos como arsenal, Gabriel García Márquez escribió su obra más importante, la que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1982: Cien años de soledad, la cual ha vendido más de 30 millones de ejemplares y ha sido traducida a 40 idiomas.
Como relató en diversas ocasiones el escritor colombiano, Cien años de soledad fue la primera novela que trató de escribir (a los 17 años, con el título de La casa), pero la abandonó al poco tiempo porque le quedaba demasiado grande.
En 2007, en la ciudad colombiana de Cartagena, Gabo rememoró el proceso de la escritura de la obra: “A mis 38 años y ya con cuatro libros publicados desde mis 20, me senté en mi máquina de escribir y empecé: ‘Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo...’ No tenía la menor idea del significado ni del origen de esa frase ni hacia dónde debía conducirme. Lo que hoy sé es que no dejé de escribir durante 18 meses hasta que terminé el libro”.
Fue en México –en 1965– que García Márquez sintió la inspiración para escribir la novela que relata la historia de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones en el pueblo ficticio de Macondo, la imagen viva de un pequeño pueblo de Colombia, de América Latina o de cualquier lugar del tercer mundo.
El premio Nobel de Literatura viajaba en un automóvil con su familia desde la ciudad de México a Acapulco, sobre el océano Pacífico, cuando, a la altura de Cuernavaca, tuvo un percance y decidió desistir de la travesía para escribir sobre sus recuerdos y todo lo que sabía del mundo.
La editorial argentina Sudamericana aceptó los textos mecanografiados de Cien años de soledad en 1966, y un año después publicó la obra, que tuvo un éxito descomunal, ya que en las primeras semanas sólo en la capital argentina se vendieron 15 mil ejemplares.
Desde la publicación de la novela se han escrito diversos ensayos, artículos; incluso el propio hermano de García Márquez, Eligio, dedicó un libro entero a la génesis y la creación de esta obra 30 años después de que se editara, como señala el académico británico Gerald Martin en la biografía Gabriel García Márquez: una vida, publicada en 2009 por el sello Debate.
La literatura de Gabo recrea anécdotas familiares, sucesos históricos, la cosmogonía, los cantos populares de su tierra y todo un fluir de recuerdos, que al proyectarse en sus ficciones se presentan como entidades sobrenaturales, cuestionando la noción de lo real, consideran los críticos sobre su obra.
Hace cinco años con motivo del 80 aniversario del escritor colombiano, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española publicaron una edición conmemorativa de Cien años de soledad, cuyo texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.
La edición incluye una semblanza de García Márquez escrita por Álvaro Mutis y una introducción de Carlos Fuentes que aporta testimonios personales sobre el nacimiento de la novela, así como un análisis sobre la narrativo de Gabo que realizó Mario Vargas Llosa, y estudios de Víctor García de la Concha y de Claudio Guillén, Pedro Luis Barcia (Argentina), Juan Gustavo Cobo Borda (Colombia), Gonzalo Celorio (México) y Sergio Ramírez (Nicaragua).
Cien años de soledad –como explica Gonzalo Celorio en la edición conmemorativa– no sólo es concomitante con la gran renovación de la narrativa latinoamericana de la década de los 70, sino que culmina ese proceso y marca un parteaguas en la novelística de nuestra lengua.
En chino, ruso, checo, francés, inglés, portugués u otros 36 idiomas, la novela de Gabriel García Márquez es una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, una de las obras más traducidas y leídas en español.