Joaquín Guzmán fue detenido por fuerzas especiales de la Armada
Domingo 23 de febrero de 2014, p. 2
Antes del golpe se esperaba resistencia y se consideró un probable enfrentamiento. Pero los elementos de fuerzas especiales de la Secretaría de Marina sometieron en un minuto a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y su acompañante, Juan Manuel Hoo.
El narcotraficante más buscado, que durante 13 años logró evadir a las autoridades, se jaloneó un poco, pero en cuanto se vio perdido se transformó: parecía autista. Y así se mantuvo todo el tiempo
, revelaron mandos de la Armada de México y funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR).
El operativo se inició a las cuatro de la mañana y duró poco más de dos horas, ya que fue complicado desplegarse dentro del condominio turístico Miramar sin que nadie alertara al capo, quien se alojaba allí desde un día antes.
El condominio, de reciente construcción, ofreció a Guzmán Loera –quien logró huir de la ciudad de Culiacán, donde las autoridades lo habían detectado hacía cuatro días– habitaciones con dos dormitorios y dos baños con una magnífica vista de la bahía de Mazatlán
, según su publicidad.
Asimismo, instalaciones para relajarse y/o reunirse con amigos para brindar por las puestas de sol o disfrutar de la brisa fresca del océano que van a vigorizar y refrescarse por la noche. Todo lo que necesitas es tu cepillo de dientes, traje de baño, pantalones cortos, sandalias y camisetas para que su estancia en Mazatlán fácil y divertido
.
Guzmán Loera estaba en calzoncillos cuando los elementos de las fuerzas especiales que lo seguían desde Culiacán entraron a su habitación y lo sometieron. Así le tomaron las primeras imágenes que se difundieron.
El capo fue sacado de su habitación, subido a un vehículo y llevado de inmediato a instalaciones navales, donde permaneció hasta las 10 de la mañana.
Luego, ya con una playera de color negro y rayas blancas horizontales, así como pantalón de mezclilla, y ya peinado, las autoridades hicieron nuevas fotografías.
En la ciudad de México, la agencia internacional de noticias Ap difundió a las 9:50 las primeras versiones de que Guzmán Loera había sido detenido y la confirmación provenía de autoridades estadunidenses. El gobierno mexicano supuestamente preparaba una conferencia de prensa en la Secretaría de Gobernación a las 11:15, pero se canceló media hora antes.
Funcionarios federales confirmaron a esa hora la captura, pero señalaron que la información oficial se daría después, hasta que se identificara plenamente al detenido, lo que ocurrió al filo de las 14 horas en el hangar de la Secretaría de Marina.
En esta ocasión, el gobierno mexicano prefirió esperar, para que no ocurriera lo mismo que en junio de 2012, cuando la Secretaría de Marina utilizó información de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y se equivocó al anunciar la captura de Alfredo Guzmán Salazar, El Gordo, presunto hijo de El Chapo.
El detenido en realidad era un vendedor de autos usados que laboraba en una empresa propiedad de su suegra, en el municipio de Zapopan, Jalisco.
En aquella ocasión, empleados de la DEA proporcionaron información a inteligencia naval para que detuviera al supuesto hijo de El Chapo. El anuncio se realizó en las instalaciones de la PGR y posteriormente la Armada tuvo que retractarse, por lo cual la relación con la agencia antinarcóticos se enfrió durante un tiempo.
Por esa razón, hasta poco después del mediodía, en los pasillos de la Secretaría de Gobernación llegaron funcionarios de las secretarías de Marina, de la Defensa Nacional, de la PGR y de la Policía Federal.
Todo se decidió hasta que se confirmó la identidad y a las 12:15 anunciaron que a la una de la tarde se daría una conferencia en el hangar de la Armada en el aeropuerto capitalino.
Fue hasta las dos de la tarde que aparecieron los secretarios de Marina, Vidal Francisco Soberón; de la Sedena, Salvador Cienfuegos, y el procurador de la República (Jesús Murillo) y el comisionado nacional de seguridad, Manuel Mondragón, para oficializar la detención, y luego, dar paso para que apareciera Joaquín Guzmán Loera custodiado por más de ocho marinos.
Iba como autista. Él estaba en su mundo. De vez en vez hacía muecas o emitía frases inentendibles.
En el hangar quedó la pequeña maleta con ropa y artículos de aseo personal con la que El Chapo llegó a Mazatlán.
De ella sacó la ropa con la que luego los militares y policías federales lo subieron a un helicóptero de la Policía Federal.
Un alto mando de la Armada dijo mientras la nave se elevaba custodiada por dos helicópteros más, también artillados hacia el penal de máxima seguridad del Altiplano: Ya nos la debía. El cabrón regresó a donde debe estar. ¿No, qué no?