Saqueo histórico de los yacimientos, bajos salarios y la pobreza de los pueblos, son los denominadores comunes en las ciudades mineras de América Latina y, por supuesto, de México, expresó el periodista Alfredo Valadez Rodríguez.

En la presentación de su libro Minería: cinco siglos de saqueo, en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el corresponsal de La Jornada denunció que a pesar de la extracción de oro y plata en cantidades enormes en el país, la pobreza sigue siendo un denominador común de los habitantes de las ciudades de América Latina.

También aclaró que Minería: cinco siglos de saqueo es un ensayo periodístico sobre dicha actividad con su contexto histórico general y su evolución en Zacatecas y en México hasta nuestros días. Una historia que vive un momento coyuntural, desde la perspectiva de la regulación legal, luego de que el pasado mes de octubre de 2013, el Congreso de la Unión aprobó un gravamen de entre 7.5 y 8 por ciento sobre los aprovechamientos mineros, impuesto al fin sobre las exorbitantes ganancias de la megaminería en nuestro país.

Inconformidad social

Valadez Rodríguez explicó que a pesar de que existe una historia de siglos de minería en América Latina y en el mundo, en la década pasada hubo “mucho movimiento social, mucha inconformidad de comunidades, pueblos indígenas, ejidatarios y grupos ambientalistas, porque hay una nueva práctica en la minería, la de cielo abierto.

Sobre esta nueva práctica advirtió que es depredadora del medio ambiente, porque se consume mucha agua dulce para refinar el oro, además de que utiliza enormes cantidades de cianuro, situación que ha generado movilizaciones en países como Bolivia, Perú, Chile, Argentina y Uruguay, donde recientemente hubo una manifestación de 15 mil personas contra la práctica de minería de cielo abierto, que está acabando con los campos ganaderos y agrícolas.

Valadez afirmó que no es pretensioso usar la palabra saqueo, porque efectivamente existe una depredación de los recursos, propiedad de la nación: “Recordemos que han estado amparándose en el artículo 27 constitucional junto con la riqueza petrolera, que lamentablemente no es protegida por el Estado mexicano.

Habría que exigir al señor presidente Enrique Peña Nieto que honre su palabra y cumpla uno de los compromisos a los que se obligó en el Pacto por México en enero de 2013: emitir una nueva ley minera, que regule y ponga orden en el sector extractivo del país y que, entre otras cosas, se cierren los oprobiosos e inhumanos pocitos de carbón en Coahuila.

En la presentación del libro acompañaron al autor Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada; Andrés Barrera Marín, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Rubén Ibarra Reyes, director de la Unidad Académica de Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

En el auditorio Quintana, Hernández Navarro comentó que las mineras se han convertido en los villanos favoritos de las comunidades indígenas y rurales, y que al igual que Argentina, México comparte el segundo lugar en América Latina de los países con más conflictos socioambientales provocados por dicha práctica.

Explicó que el oro y la plata que se extraen de México sirven para hacer onzas de ambos metales que finalmente acaban en los bancos, mientras se destruye la vida de comunidades y entornos ecológicos.

Editado por La Jornada y la Unidad Académica de Ciencias Sociales de la UAZ, el libro ofrece al lector una base informativa para documentar desde un ángulo concreto la minería en México y Latinoamérica, así como su impacto no sólo económico, sino social y político.

Barreda Marín, en su momento, subrayó que existe una percepción equivocada de que México no es un país minero cuando ocupa en unos 20 minerales los 10 primeros lugares del planeta.