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Arranca temporada de El hombre ajeno en la Sala Chopin

El teatro permite reconstruir errores para cuestionarlos: José María Yazpik
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Adrián Vázquez, José María Yazpik y Osvaldo Benavides protagonizan esta puesta en escena de humor negro, donde el vacío y preguntarse quiénes somos es lo de hoyFoto Paulina Watty
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de febrero de 2014, p. a13

La crisis subjetiva del hombre a los 40 años, en promedio, con sus vacíos y sinrazones, cuando el espejo ya no puede engañar al de enfrente, es el tema central de la obra de teatro El hombre ajeno, que se presenta a partir de hoy en el teatro de la Sala Chopin, protagonizada por José María Yazpik, Osvaldo Benavides y Adrián Vázquez, escrita y dirigida por Alejandro Ricaño, quien narra una historia con sesgo existencialista influida por El extranjero, de Albert Camus. La temporada será hasta el próximo 20 de abril.

En conferencia de prensa realizada en la Sala Chopin, José María Yazpik se dijo feliz de regresar a hacer teatro y más con amigos. Este dramaturgo a mí en lo personal me gusta muchísimo. Creo que siempre arma bien nuestra realidad, el contexto del país, y en un espacio como este, el de la Sala Chopin, donde hasta la última persona te puede ver a los ojos, en una experiencia íntima.

–¿Ha tenido la sensación de sentirse ajeno?

–Sí, y creo que todos hemos pasado por eso, y me considero una persona solitaria. Disfruto de mi soledad. No la padezco, pero de repente hay momentos en que me he sentido ajeno, incómodo, como si no conectara con absolutamente nada. Es bueno, en mi caso, terapear con esta obra. El teatro permite eso: poder reconstruir errores o experiencias, para cuestionarlas y sacarlas. Esta obra habla de qué es lo que le afecta ahora al individuo, qué lo retrae o distrae. Lo del personaje puede ser algo genérico, que no es exclusivo de quienes tienen 40 años. Con esta obra te cuestionas cosas personales todo el tiempo. Ese es uno de los aspectos que más me gustó. No obstante, hay quienes en la crisis de los 40 se preguntan qué les está pasando y sienten que no están haciendo lo suficiente. ¿Por qué no me siento feliz a pesar de lo que tengo? Para este papel me preparé leyendo El extranjero, de Camus. Hacemos varios papeles cada uno de los actores de esta obra.”

Reto de concentración

Por su parte, Adrián Vázquez expuso que los tres actores habitan el personaje de Tomás, “quien a sus 39 años cae en la cuenta de que está en un lugar donde no quiere estar. A partir de entonces le comienzan a ocurrir cosas inesperadas, que harán que entre en una introspección, en un mundo depresivo, misántropo. Uno de los referentes de Ricaño es Camus. Tiene toda la vena de humor negro de él.

Eso de los 40 años... creo que la mayoría piensa que está ya en la mitad de su vida. Pensamos en qué nos hace avanzar. Me identifico con el texto de Ricaño. Lo leo y pienso que me lo escribió a mí. La dificultad que plantea el texto, más que un histrionismo, es un reto de concentración. Es una resolución de fondo, habitar personajes. Se habla y se piensa. Esta obra es para quien le gusta el teatro, no sólo para quien pasa por los 40. Para mí, es una comedia de humor negro, ácida.

Osvaldo Benavides: “Esta obra representa un paso más en el tipo de teatro que me gusta hacer; es un balance respecto del trabajo que estoy haciendo en televisión. Mi personaje no lo pienso mucho, pues lo hemos ido analizando. Es de un tema actual, de esta sociedad en la que vivimos en medio de las redes sociales y estamos conectados al toque de un dedo, a veces nos sentimos solos y alienados de todo. En nuestra cabeza y en nuestro corazón sentimos que nos falta algo, que no estamos completos. De eso habla el personaje. Profundiza y materializa este sentimiento.

Trabajo de actor

La obra se centra en esto, en el sentimiento de no pertenecer a nada. Es el ansia, en esta sociedad en la que nos embarran con sobredosis de información, para consumismo. Tenemos tanto que ya no sabemos a qué asirnos; es como para crear un callo emocional, levanta una barrera.

El director Alejandro Ricaño precisó que Un hombre ajeno no es una obra por encargo, sino que habla de lo que quería expresar en un momento de su vida. “No sé si estaba pasando por la crisis pre 30. Cuando la escribí tenía 28-29. Es muy reciente y el plan fue y así va a ser, que el elenco sea muy mediático. Siempre he dicho que esta obra es mi Extranjero, pues tiene mucho de repensar esa obra, el existencialismo, desde nuestro contexto.

Esta pieza cae en sus discursos y en sus personajes, más que en la anécdota. Importa la caída, el vacío. La palabra ajeno remite al desfase del entorno. El escenario es una pared, un piso y una silla. Es un trazo mínimo; tiene que ver con la acción interna. El público va a ver un trabajo de actor. Preguntarse por quiénes somos es lo de hoy, de nuevo. El humor de esta obra es negro, cínico, tanto que provoca risa. Pero aquí no hicimos la formulita, sino un trabajo muy honesto.

La cita es en la Sala Chopin, ubicada en Álvaro Obregón 302, colonia Roma. Funciones: viernes, 20:30 horas; sábados, 19 y 21 horas; domingos, 20:30 horas. Costo: general $350.