A pesar de los esfuerzos diplomáticos de México y de la presión de diversas organizaciones internacionales, gran cantidad de ciudadanos mexicanos han sido ejecutados en Estados Unidos en años recientes, lo cual provocará mucha tensión entre ambos países debido a la falta de voluntad política de Washington para tratar de evitar la pena de muerte, señaló Erika Guevara, coordinadora de Amnistía Internacional (AI) en el continente americano.

‘‘Este ya ha sido uno de los temas de convergencia de nosotros con el Estado mexicano. El caso de Édgar Tamayo (quien recibió la pena capital el pasado 22 de enero, acusado por el asesinato de un policía de Houston en 1994) generó una movilización global de AI para intentar un cambio en las autoridades de Texas’’, recalcó la especialista.

Por su parte, el gobierno mexicano ‘‘tuvo un accionar sumamente activo al intentar evitar la ejecución con medios diplomáticos, pero también políticos’’, sin que ninguno de esos recursos fuera suficiente para impedir la pena de muerte..

Luego de enfatizar que la pena capital significa no sólo la violación de derechos de los acusados, sino también a diversos tratados internacionales, Guevara denunció que este castigo irreversible es aplicado con mucha frecuencia por Estados Unidos –en particular por el estado de Texas–, aun en casos donde ocurrieron irregularidades procesales, como con Édgar Tamayo.

‘‘Creo que eso va a ser un tema de mucha tensión diplomática entre Estados Unidos y México, porque no hay realmente una voluntad política para intentar evitar la ejecución. Hay mecanismos legales que el gobierno estadunidense –tanto federal como de los estados– pudo haber intentado en el caso de Édgar y otros que vienen, pero no ha habido voluntad para avanzar en ese tema. Sigue siendo alarmante la excesiva representación de minorías o grupos vulnerables como afroamericanos y también mexicanos’’.