Cultura
Ver día anteriorMiércoles 19 de febrero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

El director escénico hace mancuerna con Bill Viola en Tristán e Isolda, ópera de Wagner

El nuevo montaje de Peter Sellars triunfa en la capital española

La propuesta escénica, visual y sonora es acompañada de videos oníricos

Las imágenes dibujan las huellas del movimiento de la conciencia humana, en un momento de máximo peligro y conmoción: la entrega a un amor absoluto que todo lo absorbe, indica el artista

Foto
El tenor Robert Dean Smith (Tristán) y la soprano Violeta Urmana (Isolda) interpretaron los papeles protagónicos de la ópera del compositor alemán Richard Wagner, durante varias funciones efectuadas en MadridFoto © Javier del Real/ Teatro Real
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de febrero de 2014, p. 3

Madrid, 18 de febrero.

El amor cósmico de Tristán e Isolda de Peter Sellars y Bill Viola alcanzó las máximas cuotas de fuerza visual y desgarro poético de los años recientes en el Teatro Real de Madrid, donde el escenario se convirtió en una inmensa caja negra para testificar el desenlace de una de las historias más intensas de la ópera.

El éxito fue rotundo, cerrado, casi unánime ante una propuesta escénica, visual y musical que convirtieron las cinco horas de música de Richard Wagner (1813-1883) en una oda a la libertad, en una evocación de los enigmas más inquietantes y secretos del amor.

Peter Sellars, como director de escena, y el artista –o videoartista– Bill Viola crearon algo novedoso y subversivo con Tristán e Isolda como punto de partida y de inspiración.

En lugar de una escenografía en movimiento optaron por una caja negra con una inmensa pantalla en la parte posterior, que ocupaba casi todo el espacio.

Los cantantes apenas se movían y se limitaban a interpretar con brillantez a los personajes. La trama se iba acompañando de los videos oníricos, poéticos y sugerentes, en los que el agua, el fuego, la tierra y el aire están tan presentes como la pasión desbordada de los amantes entregados o la muerte y su beso trágico.

El proyecto de montar Tristán e Isolda pertenece a la gestión del promotor cultural belga Gerard Mortier, quien actualmente funge como consejero musical del Teatro Real, debido a un cáncer que lo obligó a dejar el cargo de la dirección musical. La dupla Sellar-Viola vio la luz por primera vez en la Ópera de la Bastilla, en París, en 2005, cuando Mortier era el superintendente del recinto. Fue entonces cuando vio la luz por primera vez este peculiar ejercicio de deconstrucción en el que prevalece la intención de alcanzar el éxtasis mediante la contemplación, la meditación y el equilibrio que funde sus raíces en el budismo tántrico.

Espejo de lo material y transitorio

Para este puesta en escena en el Teatro Real, el propio Viola explicó su propuesta: Las imágenes están destinadas a actuar simbólicamente como explicaciones internas, para convertirse en reflejos de luz del mundo espiritual, en el espejo de lo material y transitorio. Dibujan las huellas del movimiento de la conciencia humana, en un momento de máximo peligro y conmoción: la entrega a un amor absoluto que todo lo absorbe.

La leyenda medieval de Tristán e Isolda, que Wagner utilizó para su drama musical en tres actos, estrenado en Munich en 1865, plantea la extrema tensión que lleva a la pareja de amantes protagonistas a romper todas las normas morales y religiosas, poseídos por el hechizo de un filtro fatal, trasunto simbólico de la pasión que los consume.

Viola y Sellars persiguen con su puesta en escena la concepción wagneriana del arte total como confluencia de palabra, música, imagen y gesto, la utilización del mito en su dimensión universal y primigenia, la melodía infinita y la espiritualidad religiosa.

El tenor Robert Dean Smith interpretó a Tristán, mientras la soprano lituana Violeta Urmana a Isolda, además de Franz-Josef Selig (rey Marke); Ekaterina Gubanova (Brangäne); Jukka Rasilainen (Kurwenal), Nabil Suliman (Melot), Alfredo Nigro (un pastor y voz de un joven marinero) y César San Martín (un timonel).