Al contrario de la situación de violencia que se vive en los pueblos de Michoacán, en las prisiones estatales no se han registrado incidentes graves, como homicidios o agresiones a otros internos; entre los factores que han permitido la estabilidad carcelaria destaca el hecho de que no existe sobrepoblación y los reos más peligrosos han sido transferidos a instalaciones federales.

De acuerdo con los registros del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, en conjunto las cárceles michoacanas tienen desocupada 41 por ciento de su capacidad, pero más de mil 200 delincuentes originarios de esa entidad que están detenidos, se encuentran presos en instalaciones de máxima seguridad.

Sobrepoblación en la cárcel de Mil Cumbres

En Michoacán existen 15 centros penitenciarios. El conocido como Mil Cumbres es el único que presenta sobrepoblación, porque su capacidad es para atender a mil 773 internos, pero en sus estancias resguarda a 114 personas más, lo que significa que tiene 6.4 por ciento más reclusos de los que podría tener.

En Centro de Readaptación Social (Cereso) de Uruapan, cuenta con 2 mil 300 espacios y mil 335 están desocupados; el Cereso de Morelia, tiene capacidad para mil 300 presuntos delincuentes, y sólo alberga a 444; el Cereso de La Piedad tiene una desocupación de 53 por ciento, ya que de 550 solamente atiende a 281 personas; en Zitácuaro, la prisión local cuenta con 500 dormitorios y están desocupados 219; en Zamora se cuenta con 350 celdas y 308 están ocupadas.

Holgura en Apatzingán

El penal de Lázaro Cárdenas tiene una desocupación de 48 por ciento; en Apatzingán, una de las zonas más afectadas por la violencia, la prisión local cuenta con 304 espacios penitenciarios y 204 están desocupados; en Pátzcuaro se tienen 185 celdas individuales y hay 43 presos; la prisión de Maravatío, cuenta con 222 espacios y tiene 69 desocupados; en Jiquilpan tienen 31 presos y 68 disponibles.

La prisión de Sahuayo posee 170 estancias y 118 están vacías; la cárcel de Zinapécuaro, tiene 67 espacios y 48 están desocupados; en Tacámbaro, hay una prisión con 285 estancias y 54 de ellas no tienen ocupantes; y en Ario de Rosales la cárcel tiene capacidad para 68 personas y alberga a seis.