Sábado 8 de febrero de 2014, p. a16
Este lunes cumplirá 27 años una de las mejores pianistas en el orbe: la artista china Yuja Wang, cuya grabación discográfica más reciente es a su vez otro cumpleaños: el aniversario 39 de la fundación de El Sistema de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles Bolivariano.
Se trata de una grabación en vivo, ocurrida el pasado febrero en Venezuela, precisamente con la Orquesta de la Juventud Bolivariana, bajo la batuta de otro joven maravilla: Gustavo Dudamel y contiene dos de los conciertos para piano y orquesta más poderosos, fascinantes, arduos y consistentes en la literatura para el género pianístico: el Tercero de Rachmaninov y el Segundo de Prokofiev.
Magia. Esa palabra sintetiza la experiencia de escuchar el más reciente disco de Yuja y que es también el más reciente de Dudamel.
Y a propósito de acontecimientos recientes, el Tres de Rach también protagoniza el nuevo disco de la ucraniana Valentina Lisitsa (http://goo.gl/DUt3bd) y de manera inevitable la comparación con la lectura de Yuja resulta contrastante, pues mientras Valentina se aproxima de manera física a Rachmaninov (incluso en el tamaño de sus manos, pero sobre todo la enjundia y poderío de sus percusiones digitales), Yuja lo hace de manera poética.
Eso, poesía. El gran secreto del éxito clamoroso del que goza desde hace tres lustros esta entrañable pianista pequinesa, está cimentado en su muy particular manera de entender la música: desde adentro, desde las entrañas, la piel, el corazón.
Piel. Muchos se irían con la finta por el aspecto físico de Yuja Wang. No es lo externo sino su conjugación con su interior lo que la hace tan popular, aceptada, querida, mimada. De manera semejante a como Patricia Kopatchinskaja (http://goo.gl/pbu2y8) dota de una poética edénica cuando hace música sobre los escenarios con los pies desnudos, la pianista china da frescura, limpieza, aires nuevos, alegría y donosura al almidonado, solemne, tieso mundo de la música de concierto, al gozar y lucir su cuerpo de modelo con minivestidos y zapatos de diseñador, y crear la atmósfera idónea, alegre, libre, desenfadada, para su mensaje musical, tan lleno de poesía.
Yuja ha ganado todos los premios que los niños prodigio quisieran y ha desplegado una deslumbrante carrera internacional, coronada por Claudio Abbado, quien la seleccionó para uno de sus últimos conciertos en su vida: precisamente Rachmaninov, su Concierto Segundo, en Lucerna.
La disquera más importante del planeta en música de concierto, la Deutsche Grammophon, la contrató hace cinco años para grabar cinco discos, todos ellos imperdibles y que el Disquero posee gracias a la generosidad de la maestra Isabel Riva. En especial, el titulado Sonatas & Etudes, posee una exquisitez llevada al extremo debido a la elección de repertorio y su puesta en vida. Yuja se eleva en el Olimpo de los grandes pianistas con los tracks 5 a 8, donde presenta versiones sublimes de Sonatas y Estudios de Scriabin y Ligeti, dos autores que pocos pianistas se atreven a incursionar, dada su dificultad no sólo técnica sino de descifrar el pensamiento musical.
Gran nueva pianista habemus.
¡Larga vida a Yuja Wang!