En 50 años, el mundo ha perdido la mitad de los humedales que existían y en México están en riesgo constante debido a los diversos y grandes proyectos turísticos, la contaminación y la falta de planeación del desarrollo acuícola, agrícola, ganadero urbano e industrial, entre otros factores, aseveró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al difundir información a propósito del Día Mundial de los Humedales que se conmemora el 2 de febrero desde 1997.

Indicó que el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha advertido que de continuar la tendencia de deterioro ambiental habrá una baja sensible en la disponibilidad hídrica, y aunque considera que América Latina será de las pocas regiones que no se verán impactadas no será así en el centro y el norte de México.

Los humedales son zonas en las que el agua es el principal factor que controla el medio y la vida vegetal y animal que ahí se desarrolla, entre ellos se incluyen los manglares y las marismas. Tienen gran importancia ecológica, ya que son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crías de crustáceos y peces, barreras naturales contra inundaciones, huracanes e intrusión salina, y hasta sirven para controlar la erosión, mejorar la calidad del agua al funcionar como filtro biológico y generan beneficios a la pesca por 37 mil dólares por hectárea al año. Los humedales sirven para mitigar los efectos del cambio climático, pero también son vulnerables ante el mismo.

El Inegi destacó que los irremplazables ecosistemas de humedales están sufriendo impactos negativos de enorme magnitud, muchos irreversibles, a manos de intereses particulares y sectoriales a los que parece no importar el interés general ni la salud que tanto dependen del agua.

Citó al Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), el cual ha advertido que en México continúa la destrucción de humedales de importancia internacional con proyectos turísticos como La Ensenada, en Holbox; el Centro Integralmente Planeado Playa Espíritu; La presa Picachos, en Sinaloa, y Paraíso del Mar, en Baja California Sur.

Sólo en La Ensenada se pretenden construir en 92 hectáreas de la Isla Grande, en Holbox, la cual es un Área Natural Protegida, humedal de importancia internacional y área fundamental para la conservación de aves, así como hábitat del manatí, que se encuentra en riesgo de extinción, además de paraíso natural rústico con alto valor ambiental.

El Fondo Nacional de Fomento al Turismo pretende construir Playa Espíritu, complejo de 40 mil habitaciones que pone en riesgo humedales y disponibilidad de agua. En Sinaloa se planea el proyecto Baluarte-Presidio, que pretende construir la represa Picachos, en el río Presidio, que afectará a la laguna Huizache-Caimanero, también humedal, que una vez fue laguna costera.