Majuro, 3 de febrero.

La salud de José Salvador Albarengo, un salvadoreño que sobrevivió más de un año a la deriva en el Pacífico y que fue rescatado la semana pasada en las Islas Marshall, es precario, pero se encuentra en proceso de recuperación, informó hoy la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México. El gobierno de El Salvador informó que realiza las gestiones ante las autoridades mexicanas para repatriar al náufrago.

Las autoridades locales reportan que el afectado manifiesta un precario estado de salud, derivado de su travesía en altamar, pero que se encuentra en proceso de recuperación, indicó en un comunicado la cancillería mexicana.

Albarengo, de 37 años, aseguró que zarpó de México el 24 de diciembre de 2012 y el jueves de la semana pasada fue encontrado en el lejano atolón coralino de Ebon, en las Islas Marshall.

En un inicio se le había identificado como mexicano, hasta que declaró ser salvadoreño, pero ante la duda fue contactado por el embajador mexicano en Filipinas, Julio Camarena, a quien confirmó ser de nacionalidad salvadoreña, oriundo del pueblo de Garita Palmera, Departamento de Ahuachapán, añadió la SRE sin dar más detalles sobre el estado de salud del náufrago.

Camarena agregó que el hombre dijo no tener familia en México, pero sí tres hermanos en Estados Unidos, aunque no pudo proporcionar de inmediato sus datos.

El náufrago indicó que su último lugar de residencia fue en Costa Azul, Tonalá, Chiapas, México, de donde partió la lancha siniestrada.

La cancillería salvadoreña en un comunicado señaló que el embajador de México en Filipinas, Julio Camarena, y la cónsul honoraria de El Salvador en Filipinas, María Josefina Bayont Ortigas, se coordinan para iniciar el proceso de repatriación.

Albarengo dijo que vivió 15 años en Tapachula, donde trabajaba como camaronero en una empresa Camaronera de la Costa. En un principio fue identificado como José Iván.

El embajador de Estados Unidos en Islas Marshall, Tom Armbruster, declaró tras entrevistarse con Albarengo: Para mí es difícil imaginar a alguien que haya podido sobrevivir durante 13 meses en el mar. Pero también es difícil imaginar que alguien llegue a Ebon de la nada. Lo cierto es que este hombre pasó por una prueba difícil y estuvo en el mar por algún tiempo.

El diplomático Armbruster dijo que el hombre se quejó de dolor de articulaciones y que aunque cojea, puede caminar. Tiene cabellera y barba largas, sostuvo el embajador, y que más que un hombre que haya sufrido hambruna, parece hinchado.

Otras autoridades, sin embargo, prefirieron reaccionar con cautela a la narración del hombre, que sólo habla español y cuya travesía tratan de reconstruir. De ser cierta, su odisea se colocaría entre las grandes historias de supervivencia en el mar.

El secretario interino de asuntos exteriores de Islas Marshall, Gee Bing, se dijo escéptico respecto de lo dicho por Albarengo tras reunirse con él.

Suena como un relato increíble y no estoy seguro de creerle. Cuando lo vimos, no estaba delgado. Tengo dudas, y añadió que el hombre no portaba identificación y que hay detalles incompletos en su narración.

El cineasta Jack Niedenthal indicó que el salvadoreño tiene problemas para caminar, sus piernas están muy delgadas. No podría decir que se trata de un engaño, dijo tras conversar con él mediante un intérprete.

Salió bien de Costa Azul, en una lancha tiburonera

San Cristóbal de Las Casas, Chis.

A los pescadores de Costa Azul, municipio de Pijijiapan, en la costa de Chiapas, les cuesta creer que el salvadoreño José Salvador Alvarenga haya sido encontrado con vida en las Islas Marshall después de más de 14 meses de naufragio, pues desde hace mucho lo dieron por muerto.

Es una gran sorpresa porque nadie aguanta más de tres o cuatro meses en esas condiciones. Hasta le pusimos flores a la casita de palma en que vivía, dijo Belarmino Rodríguez Solís, con más de 30 años como pescador en la zona.

Estamos sorprendidos, no lo creíamos, pero ahora que lo vimos en las noticias estamos seguros de que es él, relató en entrevista con la prensa Williams Decuir Uscanga, otro de los compañeros de Alvarenga.

Rodríguez Solís recordó que el centroamericano salió de aquí el 20 de noviembre entre las 13:3 y 14 horas en una lancha tiburonera. Salió bien. Cuando los pescadores salen y no regresan se les busca; habló por radio pero el navegador se le mojó y no se escuchó más de él.

Sus compañeros partieron en tres lanchas para buscarlo a él y a su compañero”, presuntamente Ezequiel Córdova, originario de El Fortín, municipio de Tonalá, Chiapas.

Abundó: al otro día empezamos a buscarlo y luego las autoridades municipales de Tonalá y estatales nos apoyaron con una avioneta que los buscó cuatro días. Se hizo lo que se pudo... Era muy bueno pescando, muy trabajador. Él ya no volvió y mira ahora la sorpresa. ¡14 meses y apareció! A los cuatro meses ya no aguanta uno. Le pusimos flores en esa casita, que era de palma y se cayó. La rentábamos para que durmieran los trabajadores.

José Luis Ovando Corzo, otro pescador, afirmó sin vacilar: Sí reconocí a ese amigo. Salíamos juntos a pescar, porque yo también soy motorista... La demás plebe sí lo buscó, pero no lo encontraron, dijo, y consideró que se puede sobrevivir en el mar con agua y pescado. “Hace como 12 años conozco a ese cuate. No fui con él porque cada quien sale en su lancha, va una pareja.

Queremos que venga, a ver qué nos platica, porque cuando se fue de acá estaba chavo, no tenía barba. En 27 años no he visto que sobreviva alguien con tanto tiempo naufragando hasta este amigo, que es un récord mundial de todos los pescadores, concluyó.