Las compañías disqueras tienen estrategias para inventar ídolos, señala en entrevista
Ha colocado en las listas de éxitos más de 400 canciones, en voz de Los Tigres del Norte, Antonio Aguilar, Banda Machos, Los Dandys y Los Yonics, entre muchos otros
Martes 14 de mayo de 2013, p. a10
Monterrey.
“Es necesario retomar las buenas letras. Hace 40 años ponían los temas en la radio por su calidad, ahora por lo que se pague; hay gente que trae un tema ‘sucio’, pero lo tocan si pagan. Todo eso tendría que componerse, a veces pegan canciones muy tontas”, afirmó Josué, cantante y compositor de más de 400 canciones, que a lo largo de cuatro décadas han sido éxitos en su voz o de reconocidos intérpretes como Los Tigres del Norte, Antonio Aguilar, Invasores de Nuevo León, Banda Machos, Los Muecas, La Tropa Loca y Los Yonics, entre muchos otros.
Lamentó además que “hay quienes pagan por aumentar las visitas en los videos musicales de Youtube, y empresas que se dedican a adulterar esos resultados. Las compañías te dan un reconocimiento por 300 mil discos vendidos y en realidad fueron 100 mil, es una estrategia para inventar ídolos. Y esta distorsión se inició desde que se instituyó la payola, el que quiera hacerse famoso debe componer algo vulgar”.
A los tres años Josué (José Arturo Rodríguez González) fabricó su primer instrumento musical: un remedo de saxofón de alambre; a los 10 aprendió a tocar guitarra, una que, por falta de dinero, pagó su madre con kilos de tortillas hechas a mano, durante semanas; a los 16 escribió sus primeras canciones, que empezó a grabar cuando apenas era un estudiante de preparatoria; siendo veinteañero, en una de sus primeras presentaciones, alternó con Tin Tan y José Alfredo Jiménez.
Es autor de Piensa morena, Engaño, Sangre de indio, Tu amor y mis recuerdos, Esperando tu regreso, Periódico de ayer y Mi linda esposa, canción que se ha vuelto emblemática y es la más grabada de sus creaciones.
Hay decenas de versiones de Mi linda esposa: Los Tigres del Norte, Invasores de Nuevo León, Los Paladines, La Rondalla de Saltillo, Humberto Cravioto, el trío Los Santos, Los Dandys, La Arrolladora Banda el Limón, Régulo Alcocer (Luz Roja de San Marcos), banda La Costeña y del propio autor.
Sin presunciones, Josué muestra y explica decenas de fotografías que adornan la sala de su casa, donde lo acompañan algunos de los más grandes representantes de la música, el deporte, el cine y/o la comunicación en México.
Desde 1972 he actuado con gente como Los Polivoces, Cuco Sánchez, Tito Guízar, Vicente Fernández, David Reynoso, Lucía Méndez, Fernando Allende, Luisito Rey, Roberto Cantoral o Alicia Encinas
, cuenta.
El éxito de sus composiciones dio título y argumento a dos películas. La multigrabada Sangre de indio, que le permitió ser incluido en el libro Mexican Musican Life Across Border, de Helena Simonet, quien consideró que con ese tema es el autor que mejor dibuja la idiosincrasia y el orgullo mexicano. En el filme actuó al lado de Juan Valentín y Lina Santos. La otra cinta es Cruzando el río Bravo.
Josué nació en San Pablo de Ruedas, pequeña comunidad de Doctor Arroyo, en el semidesértico sur de Nuevo León, aunque fue registrado en Cedral, San Luis Potosí.
Cuenta que sus inclinación musical se manifestó cuando tenía tres años, pues contaba su padre que un día llegaron músicos a San Pablo y Josué se quedó muy atento al saxofón. Al día siguiente, con alambres y otros objetos, dio forma a lo que para su mente infantil era ese instrumento que lo había impresionado. Ese fue mi primer juguete
.
Emigran a Reynosa
Buscando mejorar su situación económica, la familia emigró a Reynosa, Tamaulipas, cuando el futuro compositor tenía cinco años. Ya en Reynosa, recuerda, cerca de la vecindad donde vivía ensayaban unos músicos, y él se acercaba a escucharlos y ellos le prestaban una guitarra.
Para entonces, Josué tenía su primera guitarra, que sacó a crédito
su mamá, Toñita González. Ella me quería comprar una, pero éramos demasiado pobres.
Entonces la fue pagando durante semanas, de lo que ganaba al vender tortillas que ella misma elaboraba.
A los 12 años tenía un vecino boxeador, el Batling Torres que se hizo campeón nacional; con las peleas le compró casa a su mamá. “Con la misma ilusión empecé a ir a la Coliseo, a boxear. Me metí a los guantes de oro; pero me dijo mamá: ‘Ay, hijo de mi vida, ¿cómo crees que voy a esperar que a te golpeen para comer nosotros; tú sigue cantando’; me salí del box, porque si no era ir contra de su voluntad.”
En 1963, con 15 años de edad, Josué se fue a Monterrey. Se albergó en casa de doña Lupita y Porfirio Cruz, tíos de su mamá. Fue cuando su futuro cambió: la radiodifusora XERG hizo un concurso para encontrar nuevos valores. “Una compañera me dio un formato para que me inscribiera, pero yo no quería, andaba un poco decepcionado, porque había ido a varias partes y no me daban chance; pero ella me llevó a inscribir a la hora del descanso.
“Me gustaría encontrarla, porque gracias a ella hice el casting. Homero González me dio la oportunidad de grabar.”
La primera grabación entre finales de 1969 y principios de 1970 fue con el sello de Discos Falcón, en McAllen, Texas. Incluyó El pastorcito y Piensa morena, que compuso a los 17 años. En poco tiempo, se popularizaron ambos temas, mientras trabajaba como obrero en la empresa Lunas Modelo, al oriente de Monterrey. Un empresario lo buscó para que cantara en el Casino Reynosa, en Tamaulipas.
González le recomendó cobrar mil pesos, “se me hacía mucho dinero, porque yo y mi hermano ganábamos, entre los dos, 90 por semana; además, como el casino se llenó, el empresario me regaló otros mil.
“Cuando volví a Reynosa me quedé en el hotel San Carlos, el mejor de la ciudad. Ahí afuera boleaba de chiquillo a peloteros, artistas, empresarios, y ahora desde un cuarto con alfombra y lujos, miraba a los boleritos afuera, y me decía, no puede ser, es un sueño.
“Mi vida cambió; empecé a hacerle su casa a mi madre con las presentaciones. A principios de 1972 fui contratado para actuar en un acto masivo a beneficio de la Cruz Roja, en el parque Adolfo López Mateos de Reynosa. Figuraban en el elenco, Tin Tán, Amalia Mendoza, Alicia Juárez y José Alfredo Jiménez.
José Alfredo hablaba poco; yo estaba muy nervioso, porque de niño cantaba sus canciones. Escucharlo en vivo, estar ahí con él, era muy impresionante.
Con la llave de sus canciones, Josué entró a lugares como el Sport Arena de Los Ángeles y se presentó en los programas de televisión de Raúl Velasco, Juan El Gallo Calderón y Paco Stanley. Además alternó con reconocidos artistas: Leo Dan, Vicente Fernández, Marco Antonio Solís y muchos otros.
Sigue activo
Con plenitud de facultades debido a que ha sido mesurado en su vida personal, Josué aún hace presentaciones, sobre todo en Estados Unidos, mientras sus canciones emblemáticas se han vuelto a grabar y sigue componiendo para nuevos intérpretes.
En breve lanzará un nuevo disco, donde canta sus más grandes éxitos y cinco canciones inéditas, una de ellas Los abuelos, ya que es una secuencia de Mi linda esposa.
El cantautor comentó que en sus primeras giras por Estados Unidos, los empresarios pusieron para que lo acompañara a un grupo llamado Costa Azul, en el que participaba un joven llamado Rigo Tovar. “Yo trabajaba a gusto, porque eran disciplinados, y ensayaban muy bien mis canciones.
“A los dos o tres años de hacer equipo, me dijo Rigo: ‘acabamos de grabar nuestro primer disco, a ver si lo escuchas, y nos dices qué te parece’. La primera que escuché fue Mi Matamoros querido, sonaba bien. Le dije a Rigo que no le prometía nada, y me traje unos discos a Monterrey. Aquí me reuní con los locutores más importantes del momento y en pocos días Rigo Tovar era todo un acontecimiento.”
Josué ha compuesto la mayoría de sus canciones con una guitarra que le regalaron en Los Ángeles a principios de su carrera. Siempre cuido las letras. Yo digo que cuando uno hace canciones, debe pensar que sus hijas, sus hijos y sus padres las van a escuchar, y que en tu trayectoria, la gente te reconozca por tu trabajo, no por escándalos.