Atlacomulco, Mex. 27 de abril.

Desde esta localidad, cuna del grupo Atlacomulco y tierra natal del presi­dente Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador dijo que la clase gobernante del estado de Mé­xico –que ahora se ha encaramado al poder en el país– se enriqueció mientras dejó a millones de personas sumidas en la pobreza.

En su tercer día de gira por el estado de México, el presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) indicó que la única herencia que dejaron los políticos priístas mexi­quenses es pobreza y corrupción.

No es mentira lo que digo, apuntó tras señalar que en esta entidad es donde más pobres hay en todo el país, con más de siete millones de personas, de las cuales 2.5 viven en pobreza extrema, no tienen ni para lo más indispensable, son personas que sobreviven. Esa es la herencia que dejaron estos gobernantes corruptos.

“Imagínense que los que gobier­nan en México fueron los que muchos años gober­naron aquí en el estado de México: (Emilio) Chuayffet, (Cesár) Camacho, (Arturo) Montiel y (Enrique) Peña Nieto.

Ahora ya nos podemos imaginar lo que le espera al país, ahora que ellos tomaron por asalto la Presidencia de la República, sentenció.

En Atlacomulco, Ixtlahuaca y Toluca, donde tomó protesta a los comités municipales de Morena, López Obrador cali­ficó de inmoral el hecho de que Peña Nie­to diga que los programas sociales no se van a utilizar con fines electorales, cuando en el pasado proceso electoral el PRI se dedicó a lucrar con la pobreza de miles de mexicanos, a quienes repartió despensas, animales, tarjetas de Soriana, Monex e incluso di­nero en efectivo para comprar los votos.

Estos bribones quieren establecer como sistema de gobierno comprar voluntades, quieren establecer un régimen de esclavitud moderna, quieren que millones de mexicanos sigan pobres para repartir durante las elecciones migajas; esto es lo que hay que decirle a la gente, informar en las colonias popu­lares, porque en México ya no estamos para limosnas, lo que México necesita es justicia, recalcó.

Fustigó la Cruzada Nacional contra el Hambre emprendida por el gobierno federal para combatir la pobreza, ya que el presupuesto destinado a esta campaña es de tres mil millones de pesos, es decir, ni la mitad de los 7 mil millones que costó el avión que compró el go­bierno federal para los traslados de Enrique Peña Nieto.