NY, 26 de abril.

Diecinueve meses después de cerrar el restaurante elBulli, el chef español Ferrán Adrià se encuentra recorriendo el mundo en busca de ideas y fondos para inaugurar el 15 de marzo de 2015 elBullifoundation, centro gastronómico sin comida.

Hay interés de la gente por vivir la gastronomía de otra manera que no sea comer. Cuando se visita el museo del Barça no vas a jugar al futbol, dijo Adrià, de 50 años, en una entrevista en Nueva York, donde hoy se subastarán vinos de la bodega del famoso restaurante, cerrado en 2011.

El dinero recaudado en la subasta de Sotheby’s irá a elBullifoundation, proyecto que combinará gastronomía, pensamiento, innovación, ciencia, arte y filosofía, y que convertirá una pequeña cala de Gerona, en el noreste de España, en una especie de Silicon Valley de la comida.

–¿En qué momento está elBulli?

–El 15 de marzo de 2015 volvemos a abrir un centro experiencial muy diferente, muy vanguardista. Es extraño, porque los restaurantes se abren o se cierran, no se transforman. Queremos que la gente viva elBulli, lo que es la innovación, la cocina de vanguardia. Que cuando la gente salga entienda de qué se trata.

–¿Un centro para experiencias?

–Hoy día, la palabra museo tiene que evolucionar. Sí, es un museo, pero no lo es. Va a estar muy ligado con la innovación para explicar a la gente mediante la cocina todo el proceso creativo y de innovación.

–Antes no todo mundo podía ir a elBulli.

–Lo bonito es que ahora será mucho más accesible, como la entrada de cualquier museo. En cierto modo hay una democratización de elBulli. No habrá restaurante. Quizás un mes al año para recaudar fondos, pero cambian los formatos: ahí está la revolución. Un formato nuevo, porque esto no existe.

–¿Un centro gastronómico en el que no se come?

–Sí, exacto. Es más importante entender el porqué y el cómo pasan las cosas. Va a haber una reflexión sobre la comida en general.

Poca gente conoce elBulli. Se queda en los tópicos. Son 30 años de hacer cosas, mil 846 platos. Queremos conservar el legado. Si no, se muere. Habrá un equipo creativo, cuyo trabajo será formar creadores de platos. No es una escuela, es un centro de pensamiento. Es complejo, muy complejo, pero ahí está lo genial. Es extraño, diferente.

Sobre la crisis en España

–Es una referencia mundial en su ámbito y habla de riesgo, innovación y motivación en un país (España) que ha superado los 6 millones de desempleados.

–Cifras demoledoras. ¿Qué puedo hacer yo? Lo que hago: trabajar y poner mi granito de arena. El proyecto de elBullifoundation sale de allí (de España), no sale de Silicon Valley ni de Alemania, y demuestra que se pueden hacer cosas. En España hay mucho talento. Nos equivocamos, como se equivocaron otros países, y ahora nos toca pagar.

–¿Sólo es culpa de los políticos?

–Todos tenemos culpa. Al final somos los que votamos. En España se han hecho cosas mal, pero también bien; hay gente con mucho talento. Hay que ver qué es lo bueno y qué falla.

El modelo de educación español no funciona. No puede haber tantos estudiantes. En Harvard hay 5 mil estudiantes, no 50 mil. Vamos a tardar cinco años más (en salir de la crisis).

–Hay que buscarse la vida. Es una frase suya.

–Tampoco hay que dramatizar por que la gente se vaya fuera. Mejor que no, pero no pasa nada. En la generación actual no se puede ir por el mundo, por ejemplo, sin hablar inglés. Ya volverás y traerás riqueza. Volverás mejor y traerás cosas buenas para tu país.

–¿Cómo va el proyecto de elBulli en Hollywood?

–No sabía que era tan complejo hacer una película. Están buscando al director y para una película como ésta no es fácil. Al final es una película de acción. Está basada en el libro (Los aprendices de hechicero), de Lisa Abend, corresponsal de Time en España, pero es una película de acción, de valores humanos; la referencia es The Social Network, y no es fácil, no puedes elegir a alguien que sea muy lento.

–Antes cocinar era algo sólo de abuelas y madres, ahora está de moda y es hipster, ¿por qué?

–En los países desarrollados, en los que la comida ya no es la subsistencia, uno se pregunta con qué somos felices. Con la comida. Poca cosa te queda más. Ver la tele, comer y un poquito de sexo. La vida es trabajar, dormir, comer, ver la tele, el ordenador y un poco de sexo. Es lo que nos queda. Esa es la fuerza de la cocina. La red social más grande del mundo es la comida, no Facebook.