Varsovia, 27 de junio. Alemania e Italia, los equipos más ganadores del viejo continente, con siete títulos mundiales y cuatro europeos entre ambos, irán en pos de un boleto para la final de la Eurocopa 2012, instancia en la que ya espera España.

La Mannschaft de Joachim Löw llega como favorita, tras los cuatro triunfos en fila desde el inicio del torneo: ganó el grupo de la muerte con victorias ante Portugal, Holanda y Dinamarca y superó a Grecia en cuartos de final.

En cambio, la azzurra de Cesare Prandelli luchó más y terminó segunda en su sector, detrás de la furia roja, pero los italianos se aferran al pasado para soñar, pues jamás han perdido ante los germanos en un partido oficial de cita grande.

Los mano a mano muestran tres victorias azzurri y tres empates en mundiales y eurocopas. También se cruzaron en las eliminatorias mundialistas de 1962, con saldo de un empate.

Las cicatrices dolorosas las hicieron con tres victorias especiales: 3-1 en la final de España 1982 y dos semifinales mundialistas, una en México 1970 y la otra en Alemania 2006. El último cruce entre ambas escuadras fue en febrero de 2011 en Dortmund y acabó 1-1.

El técnico de la Nazionale, Cesare Prandelli, usará seguramente un tradicional 4-4-2, con Mario Balotelli y Antonio Cassano arriba, pero su dolor de cabeza está en la parte defensiva, pues Daniele de Rossi e Ignazio Abate, con molestias musculares, y el central Giorgio Chiellini, tocado contra Irlanda, no están al ciento por ciento. Además, Christian Maggio está suspendido por acumulación de tarjetas amarillas.

No obstante, el timonel prometió ir al ataque, olvidando el neocatenaccio: Debemos asumir riesgos y no limitarnos a defender en el área. Prefiero recibir un gol en un contragolpe que pasar 20 minutos sufriendo.

En tanto, a Löw, quien mantiene un modelo de un solo centro delantero de referencia (4-2-3-1), con tres volantes libres y Mario Gómez, goleador del torneo con tres dianas, le preocupa el estado del tobillo derecho de Bastian Schweinsteiger, hombre clave en su esquema, aunque aseguró que llegaría.