El ex presidente Jimmy Carter acusó que el gobierno de Estados Unidos está violando de manera severa la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, con ello, perdiendo su autoridad moral a escala mundial.

En un artículo publicado en The New York Times, titulado Un registro cruel e inusual, el ex presidente del país, fundador del Centro Carter y Premio Nobel de la Paz, escribe: La extensa violación a los derechos humanos en la última década ha significado un cambio dramático con el pasado, al calificar las políticas que han sido aprobadas para justificar el combate al terrorismo.

Revelaciones de que altos funcionarios seleccionan personas para ser asesinadas en el extranjero, entre ellas ciudadanos estadunidenses, son únicamente las pruebas más recientes e inquietantes de lo extensas que han sido las violaciones a los derechos humanos por nuestra nación, señala Carter. Todo ello, agrega, se promovió después del 11 de septiembre de 2001, con políticas y medidas apoyadas y escaladas de manera bipartidista por el gobierno federal, sin disidencia del público en general. Como resultado nuestro país ya no puede hablar con autoridad moral sobre estos asuntos críticos.

Recuerda que Estados Unidos estuvo entre los promotores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948.

Afirma que ésta ha sido invocada para enfrentar a las dictaduras y promover el estado de derecho tanto a escala doméstica como internacional. “Es inquietante que en lugar de fortalecer estos principios las políticas antiterroristas de nuestro gobierno ahora estén violando claramente por lo menos 10 de los 30 artículos de la declaración, entre ellos la prohibición contra ‘el trato o castigo cruel, inhumano o degradante’”.

Enumera dichas violaciones, entre ellas leyes recientes que otorgan derecho al presidente a detener a personas por tiempo indefinido únicamente por ser sospechosas de tener vínculos con terroristas; medidas que permiten el asesinato de ciudadanos; ampliación de las normas de espionaje; uso de aeronaves no tripuladas para ataques en otros países con cada vez más víctimas civiles, y la continua operación del centro de detención en Guantánamo, donde los aprehendidos han sido sometidos a torturas.

En un momento en el que revoluciones populares atraviesan el mundo, Estados Unidos debería estar fortaleciendo, no debilitando, las reglas básicas del derecho y los principios de justicia enumerados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero en lugar de hacer al mundo más seguro, la violación de los derechos humanos en Estados Unidos ayuda a nuestros enemigos y enajena a nuestros amigos.

El artículo completo se puede ver en el sitio del Centro Carter.