Asunción, 25 de junio. El ex presidente de Paraguay Fernando Lugo, destituido el viernes por el Congreso tras un cuestionado juicio político, desconoció hoy la autoridad del nuevo mandatario, Fernando Franco, y dijo que en el país hubo un quiebre institucional.

En un cambio de su discurso tres días después de haber aceptado la decisión del Poder Legislativo, Lugo encabezó una reunión de su gabinete en la sombra. Subrayó: Aquí hubo un quiebre institucional del proceso democrático, que reconoce la mayoría de la comunidad internacional.

Lugo explicó ante la prensa que inicialmente aceptó la decisión del Senado para evitar un brote de violencia en el país, pero ahora, enfatizó, puedo denunciar que hubo un quiebre democrático en mi destitución y la asunción de Franco.

Antes del amanecer Lugo dio la primera señal de su cambio de postura frente a lo que originalmente describió como golpe parlamentario, al anunciar que su gabinete seguirá en funciones para fiscalizar a Franco, mientras decenas de seguidores de Lugo se mantienen frente a las instalaciones de la televisión púbica.

Horas después Franco dio a conocer la designación de los miembros de su gabinete, formado principalmente por militantes de los partidos Colorado –único legal durante la dictadura, de 1947 a 1963–, Liberal –en la escena política desde finales de la década de 1970– y Unión Nacional de Ciudadanos Éticos, vinculado con soldados que intentaron restituir el gobierno dictatorial en la década de 1990.

El Poder Judicial intervino hoy en la crisis política para validar la decisión parlamentaria del fin de semana pasado.

Primero la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia rechazó la acción de inconstitucionalidad que presentó el viernes la defensa de Lugo, poco antes de que al atardecer de ese día aceptara el veredicto del Senado.

Después el Tribunal Superior de Justicia Electoral declaró a Franco como legítimo presidente de la República de Paraguay, en virtud de que Lugo admitió ser sometido a juicio político, acusado de ser responsable de la muerte de 16 personas –nueve campesinos y siete policías– durante el desalojo de labriegos que ocupaban parte de una inmensa propiedad rural del noreste de Paraguay, el 15 de junio.

No obstante, se ahondó hoy el aislamiento internacional en que el gobierno de Franco cayó el fin de semana, luego de que casi todos los países latinoamericanos retiraron o llamaron a consultas a sus embajadores. El Mercosur suspendió la participación del nuevo gobernante paraguayo en la cumbre de los días 28 y 29 de junio, pero Lugo informó hoy que irá a explicar lo sucedido a Argentina, que denunció el golpe.

La cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas, programada para el miércoles en Quito con el fin de analizar el caso paraguayo, fue trasladada a Buenos Aires, mientras la Organización de Estados Americanos realizará este martes una sesión extraordinaria para discutir el mismo asunto.

El Departamento de Estado estadunidense se declaró bastante preocupado por la rapidez del juicio político contra Lugo, mientras Alemania expresó que observa con preocupación los acontecimientos en Asunción.