En la víspera del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora este martes, cuatro niños trabajadores presentaron ayer sus testimonios en el Foro Voces contra la Explotación:

Adriana, de 15 años de edad, procedente de Tlapa, Guerrero; Jesenia, de 11 años, y Beatriz, de 10, ambas de Ixmiquilpan, Hidalgo, y José, de 14 años, de Oaxaca, destacaron: Queremos decirles a los padres que no pongan a trabajar a los niños, que los dejen estudiar, ya que pueden sufrir un accidente o perder la vida.

Adriana sueña con ser maestra, pero a sus 15 años ya no estudia; es jornalera agrícola. “Sólo estudié la primaria y trabajo junto con mi papá y mamá para ayudar con el gasto de la casa y para mantener a mis hermanos. Cada año, de noviembre a mayo, viajamos a Culiacán, Sinaloa, donde corto chiles o jitomates. No sé cuánto me pagan, pero me gusta ayudar a mi papá.

Mi sueño es ser maestra. Si mis papás ganaran bien no tendría que trabajar y podría estudiar. Yo sí quiero estudiar. Me gustaría.

Yesenia dice: quiero ser doctora. Trabajo desde los siete años, pero sí voy a la escuela. Aseo la casa y cocino. Hago las tortillas a mano, me gusta tocar la masa y también pastoreo las borregas.

Beatríz narra: trabajo haciendo quehacer, y a veces voy a otras casas. Trabajo para apoyar a mis papás. Si cuido niños me pagan 50 pesos por dos días. Quiero ser licenciada.

José estudia la preparatoria y trabaja desde hace dos años. Hago de todo. Me dedico más al campo, pero también trabajo de albañil; lo que se pueda. Siembro caña y maíz. Me gusta apoyar a mi mamá y a mis abuelos con el gasto. Yo quiero entrar a la Marina, ése es mi sueño.

Los cuatro coinciden: queremos decirles a los niños que estudian que aprovechen la escuela porque no todos tienen esa oportunidad.