Sociedad y Justicia
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Respuesta coincidente entre participantes en la encuesta infantil realizada este domingo

Imagina la mayoría de niños y jóvenes un México sin violencia

La consulta dejará datos importantes a quienes aspiran a presidir el país, dice titular del IFE

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Participantes de la Encuesta Infantil y Juvenil 2012 acuden a la casilla ubicada en Juárez y BalderasFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de abril de 2012, p. 35

¿Que si tengo confianza en la policía? Ja..., ironiza un joven de 15 años al estar en la mesa donde sufraga para la Encuesta Infantil y Juvenil; tres de sus amigos que lo acompañan festejan su humor respecto a la opinión que emite sobre las instituciones del país. ¿Cómo imagino a México en el futuro? Que no haya violencia, responde Moisés de siete años. Que no haya robos y que esté limpio, contesta Andrea, de nueve.

En el Mercado de la Bola, entre Rey Ixtlixóchitl y Mixtecas, se instaló una casilla. Es día de plaza y los puestos han sitiado el inmueble, por lo que dar con la casilla requiere paciencia, pues se deben serpentear los sitios que venden desde artículos de piratería hasta quesadillas, mariscos y videojuegos.

A las 11 horas no hay muchos niños. Luis Ángel Silverio, de nueve años, fan del América, es hijo del dependiente de la cremería, quien se dio tiempo para llevarlo a la casilla para que vaya aprendiendo a votar. Poco expresivo, Luis Ángel Silverio sólo define el ejercicio como bueno, dice haberse enterado por la televisión y que invirtió casi 20 minutos en responder todo el cuestionario.

Son las primeras horas y Erika Xochipa, quien dice ser una cae –capacitadora electoral, egresada de Ciencias Políticas–, señala que la participación en esta zona popular de Coyoacán es buena, aunque lamenta ya un par de incidentes en los cuales la negativa a participar no proviene de los niños, sino de sus padres.

De visita en una de las casillas, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés, augura que esta consulta infantil dejará datos importantes para quienes aspiran a presidir al país, y anticipa que el resultado sí tendrá consecuencias. Hay preguntas fuertes sobre el entorno social, puntualiza. En referencia a los resultados de una prueba piloto responde sobre las preocupaciones en torno a la violencia: tenía la impresión de que los niños más pequeños estaban al margen de estas cuestiones, pero no es así. En todos los estratos tenemos preocupaciones y habla de que debemos tener muchísima atención al tema.

En Universum, la afluencia es continua. La pregunta más capciosa, entre los más chicos: Escuela ¿pública o privada? A esa edad, esas divisiones sociales no se perciben. Es la única pregunta en la que el personal del IFE admite la asesoría de los padres, aunque muchos de estos supervisan las respuestas.

¿Que si me pegas o maltratas, dice aquí, mamá? La mirada de la aludida da la respuesta y la menor se vuelve a escudriñar otra de las preguntas.

Llega más de una decena de niños de San Juan La Muralla, en Puebla. Su presencia obedece a que los trajo un grupo de universitarios con ocasión del Día del Niño. En grupo responden las preguntas, previo aviso de los jóvenes que los acompañan, porque en la región de donde vienen, los niveles educativos no siempre son compatibles con los de la capital.

Una niña chilanga que no alcanza la edad mínima para responder se expresa por medio de un dibujo, en las papeletas impresas para menores de seis años.

Esta vez la consulta no se hizo en las escuelas, sino en lugares públicos. En Perisur, en la entrada más recóndita de uno de los almacenes más exclusivos, se ubica una casilla que, pese a eso, tiene una afluencia copiosa.

–¿Cuál fue tu respuesta sobre el futuro de México?

–Que no haya más robos –dice Lorraine, una vez que ejerció su voto. Su madre la hace posar para la foto del recuerdo, pese al reducido espacio que el centro comercial autorizó para la consulta: no más de 3 metros cuadrados, estrictamente, para no interferir con el pago del estacionamiento.

En ese sitio se aglutinan niños y padres; Carlos, de ocho años, no oculta su cara de angustia. Su hermano terminó en tiempo récord y a él parece consumirlo esta temprana confrontación con la realidad y las preguntas deben de parecerle interminables.

¿Balaceras? Es la pregunta que más les genera dudas, dice María Teresa Rivera, estudiante de diseño, quien este domingo fue voluntaria para atender la casilla. Hay que explicárselas un poco, responde.

El único atractivo para ir hasta esa casilla en un menor debe ser el olor a chocolates exclusivos, alfarjores argentinos, trufas italianas que ofrece en venta el almacén, pero es probable que quienes sufragaron en ella lo hicieron por la casualidad de que el automóvil quedó estacionado de paso en esa casilla.