Madrid, 17 de abril. El ministro de Asuntos Exteriores del gobierno español, el conservador José Manuel García-Margallo, reconoció que existe cierto malestar con la postura de Estados Unidos en la crisis abierta con el gobierno argentino por la expropiación de la petrolera YPF. La respuesta de Hillary Clinton no ha sido todo lo entusiasta que me hubiese gustado, afirmó durante un coloquio periodístico, lo que puso de manifiesto –según el canciller español– que Washington protege los intereses económicos que tiene en Argentina, pero espero que con el tiempo se den cuenta de que España es un socio privilegiado.

El Ejecutivo español, presidido por Mariano Rajoy, volvió a repetir en diversos foros las amenazas vertidas en días recientes acerca de que la expropiación de YPF tendrá represalias en los terrenos económico y político-diplomático, llegando incluso a sugerir que se prevé la posibilidad de una ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales.

Pero más allá de la estrategia activada por el gobierno español a escala internacional, con la petición expresa de apoyo a los gobiernos de México y Colombia, así como a la Unión Europea (UE) y a Estados Unidos, hasta ahora los esfuerzos para bloquear al gobierno argentino han sido infructuosos. Lo que más preocupa a la diplomacia española es el poco entusiasmo del gobierno de Barack Obama para alinearse con los intereses españoles.

La postura de Estados Unidos podría explicarse en la reunión que sostuvieron Cristina Fernández y Obama durante la cumbre de países americanos en Cartagena de Indias, Colombia, el sábado anterior. En esa reunión, de contenido secreto que se realizó horas antes de que la mandataria argentina regresase a su país para reunirse con los ministros y gobernadores con los que orquestó la expropiación, Obama habría sido informado de las intenciones del gobierno argentino, con el compromiso de no tocar los fondos de inversión de Estados Unidos y de situar a algunas petroleras estadunidenses entre las principales candidatas, junto con las chinas, para explotar los yacimientos y aumentar la producción de crudo, uno de los principales objetivos de la nacionalización.

Una vez que el canciller español no pudo ampararse en el apoyo de Estados Unidos, durante su intervención destacó la postura de la UE, que hasta ahora sólo ha suspendido una cumbre que se iba a celebrar la próxima semana en Estrasburgo, pero no se plantea una hipotética medida extraordinaria, una vez que el propio comisario de Comercio reconoció ayer que la nacionalización no viola ningún acuerdo entre la UE y Argentina.

García-Margallo, al igual que hizo el presidente de Repsol, Antonio Brufau, situó la decisión del gobierno argentino en una salida de emergencia para tapar la situación económica que atraviesa el país. El canciller español se reunió durante media hora con el embajador argentino en España, Carlos Bettini, a quien habría expresado el profundo malestar que existe en el país.

El diplomático sudamericano no hizo ninguna declaración, pero el canciller español sostuvo una teoría de la que se arrepintió y se disculpó más tarde: Argentina se ha dado un tiro en el pie, de estos que son realmente importantes, y lo que más me preocupa es que esto supone el corte, o por lo menos la desconfianza, en unas relaciones fraternales durante muchísmo tiempo. Minutos después, en una comparecencia ante el Senado, vino la disculpa: Perdón por lo de un tiro en el pie; no tenía ninguna segunda intención, pues luego de haber pronunciado esa frase se convirtió en la mofa de las redes sociales, en las que se hizo alusión a que precisamente el nieto mayor de los reyes de España, Felipe Juan Froilán, acaba de ser dado de alta del hospital tras dispararse a sí mismo en el pie izquierdo con un arma de caza utilizada por su padre.

Por su parte, el ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, reiteró que el gobierno español adoptará una serie de represalias en los ámbitos diplomático, comercial, energético e industrial, que se aprobarán posiblemente el próximo viernes, después del consejo de ministros.

El comisario europeo de Comercio e Inversión, Karel de Gucht, informó que enviará una carta al gobierno argentino para expresarle su seria preocupación sobre el modo en que se ha resuelto este conflicto. La comisión se mostró decepcionada y advirtió que el episodio daña no sólo al entorno empresarial español, representado por Repsol, sino a todo el ámbito europeo. Además, sostuvo que con esta decisión Argentina envía una señal muy negativa para los inversores extranjeros.