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Separan del caso a juez por decir que la pena de muerte era lo justo

Lo haría de nuevo, dice el multihomicida Breivik en el segundo día de juicio en Oslo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de abril de 2012, p. 30

Oslo, 17 de abril. Sí, lo haría de nuevo, declaró hoy el extremista de derecha noruego Anders Behring Breivik ante el tribunal de Oslo, en el segundo día del juicio que enfrenta por la matanza de 77 personas el año pasado, que según ha declarado, fue para defender al pueblo y el origen étnico de Noruega.

Breivik se jactó de sus acciones: el atentado en Oslo y la matanza en un campamento de jóvenes en la isla de Utoeya.

Los ataques del 22 de julio fueron preventivos para defender a los noruegos auténticos. Actué en una situación de urgencia en nombre de mi pueblo, de mi cultura y de mi país. Y por lo tanto pido ser liberado, dijo en un discurso que duró una hora y cuarto, y no media hora, como le había pedido el tribunal.

El asesino confeso, de 33 años, señaló que desde la Segunda Guerra Mundial no se ha podido hablar libremente contra la inmigración y el multiculturalismo. “Son estas injusticias las que hicieron surgir a Lasermann en Suecia o la NSU (célula terrorista) en Alemania”, añadió.

Lasermann es como se conoce al sueco John Ausonius, quien entre 1991 y 1992, disparaba a gente de piel oscura con un arma de caza. Fue condenado por asesinato e intento de asesinato. En Alemania se descubrió el año pasado que unos terroristas de ideología nacionalsocialista cometieron una serie de asesinatos en el país durante años.

Jueces y fiscales escuchaban petrificados a Breivik, quien justificó su matanza al alegar que en Europa no ha habido un verdadera democracia desde la Segunda Guerra Mundial. Al pueblo se le ha engañado y como no es posible llevar a cabo una revolución, la violencia es la única posibilidad.

Los jóvenes asesinados en Utoeya eran miembros de las juventudes del socialdemócrata Partido Laborista de Noruega. Ellos, dijo, son muy similares a las juventudes hitlerianas. En esa comparación le interrumpió la juez, pero antes ya había dicho: No eran inocentes. Eran jóvenes civiles pero activistas políticos que promovían el multiculturalismo, lo en su opinión era justificación suficiente para matarlos.

En tanto, Thomas Indreboe, uno de los jueces del proceso contra Breivik, fue separado por parcialidad tras publicar en Facebook que la pena de muerte es el único resultado justo en este caso.

La juez a cargo, Wenche Elizabeth Arntzon, señaló que la opinión de Indreboe puede debilitar la confianza en él como juez, por lo que se decidió separarlo del caso.

Si es hallado culpable, Breivik se enfrenta a un máximo de 21 años de cárcel pero podría ser confinado de forma indefinida si es considerado un peligro. Si se le declara loco, será enviado a una institución siquiátrica durante tiempo indefinido con revisiones periódicas.

El sistema de justicia de Noruega no considera la pena de muerte. Está previsto que el juicio dure 10 semanas.