Un fracaso, la prohibición del consumo; urgen alternativas a políticas actuales, indica informe
Lo hecho en las últimas cuatro décadas ha incrementado la violencia en el mundo, afirma
Miércoles 18 de abril de 2012, p. 29
Londres, 17 de abril. La llamada guerra contra las drogas creó una amenaza para la seguridad internacional
que obliga a buscar alternativas a las políticas actuales, afirma un nuevo informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés) presentado hoy en Londres.
El documento titulado: Drogas, inseguridad y Estados fallidos: los problemas de la prohibición, fue dado a conocer dos días después de que los jefes de Estado del continente americano encomendaron a la Organización de Estados Americanos explorar nuevos enfoques para luchar contra el narcotráfico.
Tras examinar las políticas centradas en la prohibición de las últimas cuatro décadas, sus autores concluyeron que éstas no sólo no han impedido la producción, el tráfico y el consumo de drogas, sino que han provocado un aumento de violencia y la inestabilidad en el mundo.
La prohibición ha fracasado en reducir el consumo mundial de drogas e involuntariamente ha regalado este comercio de miles de millones de dólares a criminales organizados
, afirmó Nigel Inkster, director de Amenazas Trasnacionales y Riesgos Políticos del prestigioso centro de estudios británico y coautor del estudio junto con la investigadora Virginia Comolli.
Además, ha creado una amenaza importante contra la seguridad internacional
, dijo Inkster.
Debido al llamado efecto globo
, la presión ejercida contra el narcotráfico en algunas zonas desplazó la producción y llevó a los narcotraficantes a buscar nuevas rutas en territorios hasta entonces inexplorados, como en el caso de América Central o más recientemente en África subsahariana.
Por eso, el informe del IISS aboga por un debate mundial urgente
para estudiar todas las alternativas posibles al régimen de prohibición actual, incluidas la legalización y la despenalización.
Entre los modelos que podrían servir de base para ese debate figura el de Portugal, que despenalizó la posesión de drogas para uso personal desde hace una década, o incluso la política actual sobre el tabaco.
El enfoque que trata la droga como un problema que hay que resolver debe ser sustituido por otro que considere la droga como un asunto que se debe gestionar
, estimó Inkster, quien advirtió que el cambio podría implicar un mínimo de daños colaterales
, sin especificar cuáles.
En todo caso, el tema debe ser integrado en el debate mundial sobre el desarrollo económico y la seguridad internacional, y los estados consumidores deben asumir una mayor responsabilidad
y proveer asistencia a los países afectados por la violencia, concluyó Inkster