Con el propósito de hacer más eficientes las investigaciones de feminicidios y de desaparición de mujeres y niñas, la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó un proyecto de decreto para reformar la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que adiciona obligaciones a la procuraduría capitalina en torno a la resolución de dichos ilícitos.

El dictamen, que será turnado a la mesa directiva y a la Comisión de Gobierno del órgano legislativo, señala, entre otros puntos, la creación de una unidad especializada en investigación de feminicidios, de una página de Internet para coadyuvar en la búsqueda de mujeres y niñas desaparecidas, de un banco de datos genéticos de los cadáveres que estén en calidad desconocidos, así como un registro público de delitos contra este sector de la población.

La iniciativa presentada por la diputada del PRD y presidenta de la citada comisión, Beatriz Rojas Martínez, en la que se reforman y adicionan diversas fracciones de los artículos 26 y 58 de la citada ley, señala también que se deberá especializar al personal ministerial en torno de estos delitos; además de la elaboración y aplicación de protocolos especializados con perspectiva de género para la búsqueda de desaparecidas, investigación de feminicidios y violencia sexual.

Respecto al registro público de los delitos cometidos en contra de mujeres, el dictamen señala que deberá integrar la estadística criminal y victimal para definir políticas en materia de prevención, procuración y administración de justicia, así como la clasificación del tipo de delito, lugar en que ocurrió, características de la víctima y presunto responsable, móvil, además de los índices de incidencia, reincidencia, consignación, sanción y reparación del daño.

Según los datos contenidos en el dictamen, la procuraduría de justicia capitalina contabilizó entre enero de 2009 a diciembre de 2010, 203 homicidios dolosos contra mujeres, además de que 30 por ciento de los casos de violencia de género el agresor tiene una relación sentimental con la víctima.