La canciller Espinosa inaugura la reunión
Lunes 20 de febrero de 2012, p. 17
Los Cabos, BC, 19 de febrero. La canciller mexicana Patricia Espinosa y la secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton situaron ayer muy alto las expectativas sobre la capacidad del Grupo de los 20 (G-20) para dar respuestas a los desafíos de la economía y las finanzas globales.
Al declarar inaugurada la reunión ministerial de ese mecanismo, al que esta vez asisten representantes de 29 países más la Unión Europea y la Unión Africana, la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores afirmó que millones de personas en el mundo esperan soluciones de los líderes de países desarrollados y emergentes, aunque son pocas las acciones que se concretan.
Señaló que, en la actualidad, los mecanismos multilaterales son los únicos instrumentos con legitimidad y peso suficientes para proponer medidas frente a los acuciantes problemas de la población mundial. Y expresó su confianza en que la posición única que tiene el G-20 le permitirá asumir ese liderazgo necesario
.
En esta reunión, agregó, no venimos a juzgar ni a prejuzgar
a ningún gobierno. Tampoco se definirán políticas ni directrices, sino meras recomendaciones
para la reunión de jefes de Estado que tendrá lugar aquí en junio próximo.
En las cuatro sesiones de trabajo, a las que asisten 14 ministros del G-20, seis viceministros y siete cancilleres de países invitados, se trabajarán documentos llamados no paper. Destaca el bajo nivel que el gobierno de Francia optó por desplegar en este encuentro: un director general de mundialización, Jean Baptiste Mattei, después del esfuerzo y el protagonismo que imprimió su presidente, Nicolás Sarkozy, en la pasada cumbre, en Cannes.
Para acentuar el interés del gobierno mexicano por dar peso y viabilidad al bloque, que empezó como un grupo de los ocho países más desarrollados, antes de que comenzara formalmente la reunión se anunció que el presidente Felipe Calderón, de gira por la vecina ciudad de La Paz, llegaría al encuentro fuera de programa.
Por su parte, Clinton pidió a sus homólogos una discusión totalmente franca
. Reconoció que el sistema financiero internacional requiere cambios de fondo, y afirmó que este bloque de países está en posibilidades de sentar las bases de la arquitectura mundial del siglo XXI
. Sin embargo, el acento de su intervención se centró en la necesidad de que los mecanismos internacionales garanticen el libre flujo de mercancías en todo el mundo. Y reiteró la preocupación del gobierno estadunidense por el surgimiento de barreras comerciales y políticas anticompetitivas
en ciertas fronteras.
Para esta ocasión se había anunciado una nueva modalidad en el esquema del G-20, con la participación de cinco invitados especiales: España, Colombia, Chile, Benín y Camboya, todos representados a nivel ministerial. Pero a la comitiva se sumaron otras naciones que tienen interés por acercarse al G-20 y que también enviaron representantes de alto nivel: Noruega, Argelia, Azerbaiyán, Corea y Singapur.
Los discursos iniciales de Espinosa y Clinton fueron los únicos a los que los medios de comunicación tuvieron acceso. Una vez inaugurada la sesión, con hora y medio de retraso, ya que los invitados y su anfitriona pasaron la mañana en un paseo de avistamiento de ballenas en las costas bajacalifornianas, el encuentro transcurrió a puerta cerrada.