El técnico Guillermo Vázquez está totalmente consciente de los riesgos que implica dirigir un equipo lleno de jóvenes y sin refuerzos. Sabe que si continúan los malos resultados –en lo que es su peor inicio de torneo al frente de Pumas– podría ser despedido, pero asegura estar tranquilo y con la confianza en sus pupilos.

Cuando las cosas no se dan alguien tiene que ser sustituido, pero eso no me preocupa. Sabía que sería un torneo complicado, pero no tengo ninguna presión, estoy tranquilo y trato de hacer lo mejor posible mi trabajo, expresó el timonel, quien suma un triunfo, dos empates y dos derrotas y tiene a los auriazules en el sitio 12 de la clasificación.

A pesar de ser éste el inicio más complicado del conjunto de la UNAM, Memo rechazó que exista crisis en el equipo y se mostró intranquilo por los resultados, pero satisfecho con la actuación futbolística.

Hemos dejado escapar muchos puntos, pero no jugamos tan mal, no hay indisciplina ni perdimos la brújula. El equipo tiene idea, voluntad de ir al frente, se defiende bien y crea opciones de gol. Claro que debemos mejorar, ser más cuidadosos en la defensa y contundentes, planteó el técnico luego del entrenamiento en el estadio Olímpico Universitario de cara a su partido del domingo contra Puebla.

Ante los Camoteros no hay excusa y debemos ir por los tres puntos, y aunque Juan Carlos Cacho ya entrena parejo con sus compañeros, sólo si está al ciento por ciento jugará, porque no vamos a dar ventajas.

Negó que la ofensiva dependa en gran parte del ex cementero, porque no podemos cargarle a alguien esa responsabilidad. El ataque depende de todo el equipo.

Lo que más le preocupa a Vázquez es que de repente el equipo está bien y por algunas fallas nuestras no crean jugadas de gol o la anotación. Eso es lo que estamos tratando de corregir.

El estratega restó importancia a que en el duelo contra el cuadro de la franja regresará el árbitro Marco Antonio Rodríguez después de un castigo de cinco fechas: Él también va a querer retomar su trabajo y nosotros debemos dedicarnos a jugar.

Por su parte, Javier Cortés admitió que los auriazules “estamos en deuda con Memo”, pero confía en que a partir del domingo podamos demostrar con buenos resultados que no se equivocaron al darnos la confianza.

Aunque aceptó que no está al nivel de otros torneos, aseguró que en cada partido salgo a dar todo de mí y antes de enterarse de su llamado a la selección nacional, opinó que estar en el Tri se debe al buen rendimiento que muestre en el equipo.