El técnico del América, Miguel Herrera, ya no hablará más del trabajo de los árbitros. Sin embargo, ayer refirió que le parece excesiva la sanción de cinco partidos que la comisión disciplinaria impuso a Marco Antonio Rodríguez, pues ahora que regresará a las canchas, una vez cumplido el castigo, “volverá a ser como antes, como el Marco que todos conocemos.

Es su esencia y no puede cambiarla. Seguirá siendo un buen árbitro, el que siempre estará cerca de la jugada, pero que de repente le puede ganar la pasión y se vuelve protagonista.

Sin olvidar que debido a la actuación de Chiquidrácula perdió un campeonato en la Sultana del Norte ante Toluca, cuando dirigía al Monterrey, el Piojo destacó que el silbante es el mejor de todos cuando se lo propone.

Luego de cinco fechas sin aparecer en la relación de los jueces para dirigir un partido, Rodríguez reaparecerá este fin de semana en el cotejo de la sexta fecha Pumas-Puebla.

Al referirse al partido de las Águilas ante Atlas, club que tiene una de las mejores canteras del futbol nacional, Herrera mantuvo su confianza en los juveniles con los que ya ha trabajado en el plantel de Coapa, sobre todo porque varios de ellos ya tuvieron oportunidad de destacar en certámenes de diferentes latitudes.

Expuso que hay una competencia deportiva dentro del equipo que ha hecho crecer y madurar al grupo. Algunos de esos jugadores (juveniles) están apretando y por eso quieren más minutos. Si alguno de los titulares falla, tengo a Reyes y a Pimentel, que ya han cumplido buenos papeles en otras oportunidades.

El tema recurrente en las pláticas con el técnico americanista es el venezolano Oswaldo Vizcarrondo, cuestionado por la tribuna y la crítica, por lo que aclaró: Sé muy bien que no es ningún (Franz) Beckenbauer, pero dijo estar seguro de que en breve –cuando conozca y se acostumbre al ritmo de juego de México– empezará a demostrar por qué está en el América.

Insistió en que de ninguna forma se fija si los jugadores son nacionales o extranjeros, con mucha experiencia o si son juveniles para llamarlos a la alineación, porque sólo toma en cuenta si están en las mejores condiciones para que jueguen y ayuden al equipo a lograr los objetivos que se trazan.