Toluca, Méx., 31 de mayo. Alejandro Encinas Rodríguez, candidato de la coalición Unidos Podemos Más a la gubernatura, denunció que hay presiones para que los más de 250 mil trabajadores al servicio del Estado voten por el PRI. Hay amenazas, incluso de despido, dijo, y aseguró que si él gana el 3 de julio los burócratas no sólo no perderán su empleo, sino les otorgará aumento salarial, gracias a una política de austeridad.

El candidato común de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia detalló que si gana, el 15 de septiembre presentará al Congreso local una iniciativa de ley de remuneraciones de los servidores públicos, la cual estipulará que ningún funcionario podrá ganar más de 70 mil pesos mensuales, que será el sueldo del gobernador.

En rueda de prensa en la sede estatal del PRD, Encinas señaló que el mandatario estatal, Enrique Peña Nieto, gana 143 mil 812 pesos, más prestaciones, bonos, gastos de representación, gastos médicos privados, transporte y alimentos para él y su familia.

Aseguró que del presupuesto que ejerció Peña Nieto en 2009 y el año pasado, 43 por ciento se destinó a materiales y suministros y 21 por ciento a servicios generales. A servicios personales se dedicó 9.9 por ciento; evidentemente aquí no solo hay discrecionalidad, sino muy buenos contratos, comentó.

Ofreció reducir de 43 a 5 por ciento la partida de materiales y suministros, y de 21 a 3.6 por ciento la de servicios generales.

Con esos recursos, dijo, se aumentarán los salarios de los empleados que menos ganan: los que perciben 3 mil 643 pesos netos recibirán 7 mil y se eliminarán las cinco categorías más bajas para que todos cobren más, dijo.

Asimismo, los trabajadores en general tendrían un incremento salarial anual de cuando menos uno por ciento por encima de la inflación.

Minimiza defecciones

Sobre los perredistas que se han sumado a la campaña del priísta Eruviel Ávila Villegas (René Arce, Diego León y Adrián Galicia), insistió en que no tienen mayor impacto en el proceso electoral. Es parte de una estrategia mediática, más que una incorporación efectiva de simpatizantes. Son medidas desesperadas de quien no tiene la ventaja que dice tener.