La Secretaría de Salud (Ssa) modificó el Reglamento de Insumos, a fin de que cuando exista riesgo de desabasto de vacunas, se agilicen los trámites de ingreso al país de esos productos.

De esa manera únicamente se verificará la seguridad del biológico y no se tendrá que esperar a la conclusión de las pruebas de potencia (certifican que los biológicos realmente sirven para crear defensas en contra de las enfermedades), las cuales duran entre tres y nueve meses.

Así lo informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández Ávila, quien señaló que la medida se tomó luego de que en 2010 y en este año ha habido retrasos –atribuibles a los fabricantes– en la entrega de las vacunas contra rotavirus, neumococo y tuberculosis.

El incumplimiento del laboratorio Glaxo SmithKline en la entrega de la vacuna contra rotavirus afectó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras con la de tuberculosis (BCG), que se aplica a todos los recién nacidos, las carencias afectaron al sistema nacional de salud en su conjunto, porque sólo existe un proveedor internacional autorizado para vender en México.

En el primer caso el problema se resolvió con préstamos que hizo la Ssa al IMSS, con lo que se logró mantener la continuidad del programa de vacunación, aseguró.

El funcionario justificó las complicaciones por el hecho de que la producción de esas vacunas es muy complicado y requiere medidas extremas de seguridad para garantizar la protección de la población.