Muammar Kadafi amenazó con atacar cualquier misión humanitaria que se acerque a la ciudad de Misurata, indicó que una eventual misión sólo sería un pretexto para ayudar a la insurgencia, y advirtió que sólo permitirá a la Media Luna Roja y a la Cruz Roja Internacional la prestación de ayuda.

Por lo pronto, la Unión Europea (UE) planea una misión humanitaria de apoyo a la población civil en esa convulsionada ciudad, aun cuando la Organización de Naciones Unidas no considera necesaria la iniciativa, por ahora. Además, la UE reforzó las sanciones contra Libia al vetar a 26 empresas del sector petrolero y energético.

Francia y Gran Bretaña lanzaron fuertes críticas contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por considerar que no hace lo suficiente en Libia. La alianza rechazó las críticas al señalar que cumple con su misión, mientras Estados Unidos dijo confiar en la capacidad de la OTAN para llevar a cabo su tarea.

El ex canciller libio Mussa Kusa, que renunció y viajó a Gran Bretaña, recibió autorización de Londres para ir a Qatar y reunirse con funcionarios locales y libios. Pidió a las partes en guerra evitar que su país se convierta en otra Somalia.