Miguel Capistrán presentará hoy el resultado de su investigación
Domingo 28 de febrero de 2010, p. 8
El primer cuento de ciencia ficción publicado en México data de 1810 y fue hecho por el escritor Francisco de la Llave, quien lo llevó a las páginas del Diario de México con el seudónimo de El observador.
Tal hallazgo será dado a conocer por su autor, el ensayista Miguel Capistrán, hoy a las 12 horas en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el contexto del ciclo Grandes escritores del México independiente y revolucionario, organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes.
El texto lleva el sencillo título de Cuento, y es un relato de apenas dos cuartillas que narra la historia de unos personajes que viajan a Mercurio y Júpiter, retomando un pasaje de Don Quijote de la Mancha, en el que éste y Sancho Panza son engañados por un duque que los hace creer que viajarán por los cielos a lomo del caballo de madera Clavileño.
Más que ser el primer relato publicado de ciencia ficción, se trata de una prueba de que ya en el México virreinal se cultivaba la literatura de imaginación
, género del que no se tenía registro en el país, explicó en charla con La Jornada Miguel Capistrán, a quien le llevó más de cuatro años dar con la identidad del escritor.
Parecía que aquí no se hacía ficción, pero poco a poco han ido apareciendo testimonios de que sí. Empecé haciendo una investigación sobre los textos cervantinos en México desde el siglo XVI, y eso me llevó a encontrar este escrito
, detalló el especialista.
Con la aparición de Cuento, no sólo se demuestra que en la época de la Independencia ya había autores de ficción, sino que los mexicanos fueron pioneros en el continente, ya que hasta antes del hallazgo se consideraba al argentino Esteban Echevarría como el primer latinoamericano en incursionar en este género.
Además de su importancia literaria, el texto deja ver cuáles eran algunos de los hechos sociales más importantes de su tiempo.
Francisco de la Llave era muy amigo de Carlos María Bustamente, fundador del Diario de México, y suscriptor del mismo diario, donde también publicaron otros autores a quienes se les dio espacio para difunfir su obra que difícilmente hubieran encontrado en otra parte.