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Zakir Hussain en México (con Summit)
Primero hay que explicar, superficialmente al menos, en qué consiste la música clásica de India. Dividida en dos grandes ramas, la hindustaní y la carnática, en ella convive una dualidad fundamental con la que equilibra su estética. Nos referimos a su sistema melódico, raga, y a su lenguaje rítmico, tala. Ambos desarrollados hasta un punto de sofisticación y complejidad extremas, no necesitan del panorama armónico occidental para hacer valer sus profundas relaciones con la filosofía, la religión o el entretenimiento.
Más allá de esta música elevada, sin embargo, se hallan los géneros folclóricos, el pop, el rock y, por supuesto, las bandas sonoras, fundamentales para la mayor industria cinematográfica del mundo (Bollywood) que produce mil películas al año en casi treinta lenguas oficiales. Es por esta apertura a otras áreas del espectáculo y a los sonidos electrificados, que muchos de los instrumentos tradicionales han sabido enamorar a músicos de otros continentes desde hace más de medio siglo.
Se cree que la visita de Ali Akbar Khan a Estados Unidos en 1955 fue el inicio de todo. Difícil de comprobar, a este dato se suma el interés que decenas de jazzistas tuvieron por las escalas y estructuras indias. John Coltrane y Miles Davis son ejemplo emblemático de esta adopción. Por el lado del rock, empero, fueron más los afectados ante el hipnotismo y las libertades modales de la sitar y la tabla. De Greateful Dead a los Rolling Stones, pasando por Traffic y los Beatles (en especial George Harrison), numerosos fueron los intérpretes que pidieron mano en las tierras del mainstream popular.
Resultado natural de la influencia inglesa en la vida de aquel continente, el movimiento llamado Asian Underground arrojó a incontables ejecutantes interesados en formas extranjeras, lo que hizo que músicos como Khalil Balakrishna, Bihari Sharma, Badal Roy y Ravi Shankar, entre cientos más, salieran a recorrer el mundo ganándose el respeto de los más brillantes compositores del siglo xx.
Zakir Hussain |
Hoy la influencia sigue, de ida y vuelta, por lo que hasta productores pop de la talla de Timbaland se han involucrado en soundtracks (Indian Flute), o tomando piezas del repertorio indio para introducirlas en sus propias canciones, como pasó con el tema “Yeh Mera Dil”, de Asha Bhosle incluido en el hit de los Black Eyed Peas “Don't Phunk With My Heart”. Iniciadores de estos cruces con los sonidos comerciales, destacan los roqueros de Cornershop, el rapero Panjabi MC, el bajista Shri, el pinchadiscos Talvin Singh, la cantante Sheila Chandra, el guitarrista John McLaughlin (desde los tiempos de su Mahavishnu Orchestra y hasta su reciente Remember Shakti), así como el interesante combo experimental Asian Dub Foundation.
Pretexto para este recuento que ejemplifica la importancia de la huella india en la música universal, el anuncio de la próxima visita que hará a México el virtuoso tablista Zakir Hussain nos hace sonreír. Famoso por sus colaboraciones al lado de músicos como Mickey Hart (con quien ganó un Grammy), Charles Lloyd, Pharoah Sanders, Tito Puente, Van Morrison, Yo-Yo Ma y el mismo Ravi Shankar, su hacer es un enlace afortunado entre dos mundos. Por ello sonará como miembro del proyecto Summit del saxofonista George Brooks (23 y 24 de mayo en el Lunario del Auditorio Nacional), en un combo que cuenta con tres extraordinarios ejecutantes más: el guitarrista Fareed Haque, el bajista Kai Eckhardt y el baterista Steve Smith.
Sobre Brooks podemos decir que acaba de estrenar su primera “ópera india” y que ha sido acompañante de Jaki Byard y Etta James, colega del gran Terry Riley, cómplice de Sarangi Sultan Khan y Hariprasad Chaurasia y colaborador de la Filarmónica de Brooklyn y la Real Filarmónica de Liverpool. Por su parte, Steve Smith ha trabajado con Steps Ahead, Andrea Bocelli, Journey, Victor Wooten, Scott Henderson y Michael Manring; Fareed Haque lo ha hecho con Paquito D'Rivera, Toots Thielemans, Joe Zawinul, Dave Holland, Sting y Joe Henderson; y Kai Eckhardt con Bob Moses, Gary Burton, John McLaughlin, Al Di Meola, Bill Evans y Ralph Towner, entre otros.
Así las cosas, ir al concierto de Summit será muy recomendable, más que por su colección de temas ligeros en los que el saxofón es casi siempre complaciente, por la combinación de intérpretes destacadísimos, creadores de nuevas rutas para sus instrumentos, líderes de bandas y discografías propias. De entre ellos, empero y como ya dijimos, destacará la presencia del indio Zakir Hussain, pues la influencia de su cultura sónica y de su versatilidad es una marca penetrante en la evolución de la música milenarista.
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