México D.F. Sábado 17 de enero de 2004
El cuarteto que dirige Ricardo Gallardo cumple
10 años de trayectoria
Asume Tambuco la generación de cultura como
objetivo esencial
Por primera vez incursiona en un proyecto multimedia
y dará dos conciertos el próximo fin de semana en el CNA
Olvidamos que la música vale por lo que hace sentir, señala
ANGEL VARGAS
El ensamble de percusiones Tambuco cumple este 2004 su
décimo aniversario consolidado como una de las agrupaciones mexicanas
con mayor reconocimiento y proyección internacional.
Uno de sus primeros festejos será un par de conciertos
el viernes y el sábado de la próxima semana en el Centro
Nacional de las Artes (CNA), con los cuales el grupo incursionará
por primera vez en un proyecto multimedia.
De acuerdo con su director, Ricardo Gallardo, la fórmula
de esa longevidad y éxito de Tambuco radica en la honestidad artística
de cada uno de sus integrantes, pero sobre todo en la capacidad de saber
trabajar de forma colectiva.
''En México es muy difícil lograr proyectos
y obras colectivas, debido a nuestra cultura, idiosincrasia e historia,
con sus diferentes niveles de tragicomicidad. Estamos, como sociedad, acostumbrados
a ensalzar y buscar méritos de manera individual y por eso es tan
difícil que logremos éxitos en conjunto", abunda.
''Desde
el principio hemos creído en la colaboración y, por eso,
además de acercarnos a otros intérpretes, también
lo hacemos con muchos compositores. A 10 años, somos tal vez el
ensamble al que mayor número de partituras se le han escrito.
''Nuestro repertorio es de 120 piezas, de las cuales casi
80 han sido compuestas y dedicadas al cuarteto; y el resto de las partituras,
en su mayoría, son estrenos de piezas importantes del repertorio
internacional que hemos dado a conocer en México."
Respuesta alternativa
La propuesta de Tambuco trasciende los aspectos estrictamente
musicales y artísticos, y busca consolidarse también como
un modelo de ejercicio político y social.
Explica Gallardo: ''Nuestros objetivos son claros, y uno
esencial consiste en generar cultura. Esto es muy importante, porque es
un modo de propiciar modos y propuestas de vida que no tengan que ver siempre
con la política y la economía.
''Basta abrir un diario, o ver o escuchar un noticiario
para darse cuenta de que los principales actores de la vida parecen ser
siempre los peores: los políticos. Y no.
''Como creadores, debemos insistir en que hay muchísimas
formas de vivir y mostrar que una sociedad funciona como tal; que existimos
otro tipo de actores.
''Debemos ser conscientes de que cada quien desempeña
un papel dentro de la sociedad y, al respecto, todas las personas somos
importantes, no sólo los políticos y los economistas.
''Queremos que en un concierto las personas vean un ejemplo
de sociedad, de convicción y cooperación. No sólo
buscamos difundir la música y los compositores. Cada quien tiene
un sueño de país y de sociedad, y desde Tambuco proponemos
un modelo.
''Esa es nuestra respuesta a la realidad del país.
El arte y la cultura son la respuesta alternativa a una realidad plagada
de malos manejos y decisiones en contra de la humanidad."
Para Ricardo Gallardo, la música contemporánea
no es culpable per se de tener escaso público: ''Ese es un
problema que mucho tiene que ver con la falta de preparación, compromiso
y convicción de los propios intérpretes".
Agrega que algunos colegas pecan de arrogancia no sólo
hacia esa vertiente del arte sonoro, sino hacia otros géneros, como
lo popular y lo tradicional, con lo cual se cierran las puertas para enriquecer
su bagaje artístico.
''Pienso que hay gran falta de convicción y apatía
entre los músicos en general, y las orquestas sinfónicas,
en lo particular. Estamos inmersos aún en una gran sombra decimonónica
que no se quiere abandonar, porque ha funcionado a todo mundo: al empresario,
para llenar teatros, y al músico, para satisfacer necesidades estéticas
que nacieron en el romanticismo", agrega.
''Toda música es buena, pero debemos abrir también
la puerta y mirar hacia delante. Olvidamos que la música no vale
por su complejidad, sino por lo que dice y hace sentir. La música
es igual que la comida: no se necesita entenderla para disfrutarla.
''Lo primero que hacemos en un concierto es retirar la
actitud pretensiosa de ser faunos del Olimpo, que se dignaron bajar a la
Tierra para que los escuchen, y buscamos hacer un trabajo honesto, comunicarnos;
que las personas se vean reflejadas y reconozcan en la música, por
compleja que sea, la obra."
Oferta escasa
El director de Tambuco afirma que el panorama musical
de México ha mejorado en comparación a cuando se fundó
el ensamble, hace una década. Sin embargo, acota que ''aún
es muy árido en cuanto a la escasa oferta que existe para atender
una población de 100 millones de habitantes".
Al respecto, señala que ése es un problema
cuyo origen está en la falta de educación artística,
y subraya: ''México no puede apoyarse sólo en el talento,
el ingenio y la creatividad de su pueblo, sino que debe invertir en el
arte y hacerlo desde las raíces, es decir, desde la educación
básica.
''En el caso de la música, los alumnos comienzan
a estudiarla a edad muy avanzada, por falta de escuelas de educación
básica. Si tuviéramos niños cuyas capacidades artísticas
fueran descubiertas desde la primaria, el país tendría una
fuerza formidable en las artes escénicas y no nos contentaríamos
con contar sólo con aquellos talentos innatos que se siguen formando
a pesar de las difíciles circunstancias a las que deben enfrentarse."
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