México D.F. Sábado 17 de enero de 2004
Requiescartapacio
Armando Jiménez
Tres décadas después de que José Alfredo Jiménez colgó los tenis, sigo orgulloso de haberlo tratado y de que su fama no vaya disminuyendo sino incrementándose.
Desgraciadamente cuando mi primo entregó la tarjeta de circulación yo estaba en el extranjero, por lo que no pude concurrir al velorio. Sus restos reposan en su terruño al cual he ido posteriormente para visitar su tumba. Esta, aunque no es tan ostentosa como se dice que fue la del papá de don Juan Tenorio, sí destaca de las demás, y siempre tiene flores, depositadas por quienes lo siguen queriendo.
Yo, por mi parte, la riego con un chorrito del tequila que más le gustaba.
Aquí termina el corrido de mis andanzas con este importante compositor, quien además no cantaba mal las rancheras.
Requiescat in pace!
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