México D.F. Sábado 17 de enero de 2004
Se reunirá con Castro
Líder de cristianos ortodoxos va a Cuba
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 16 de enero. El líder mundial de los cristianos ortodoxos, el patriarca ecuménico Bartolomé, visitará Cuba la semana próxima, en su primera gira por América Latina, para consagrar una catedral en el casco histórico de La Habana.
El patriarca se entrevistará con el presidente Fidel Castro y traerá "un mensaje de paz y reconciliación, libertad religiosa y derechos humanos", dijo el arzobispo Athenágoras, jefe de la comunidad cristiana ortodoxa en México, Centroamérica, el Caribe, Colombia y Venezuela.
La confesión tiene unos 300 millones de seguidores en el mundo. Entre 3 y 4 millones de ellos están en América Latina, pero sólo hay entre 2 mil y 3 mil en Cuba, en su mayoría rusos, ucranianos, palestinos y griegos, informó el líder religioso.
El patriarca Bartolomé tiene prevista su estancia en Cuba del 21 al 26 de enero. El domingo 25 será su actividad más solemne, cuando consagrará la catedral ortodoxa, construida y donada por el gobierno cubano.
Athenágoras manifestó que se espera la llegada de cientos de peregrinos de la región para presenciar la visita del patriarca ecuménico, entre ellos unos 300 estadunidenses que han recibido el permiso necesario del gobierno de Washington.
El líder de los cristianos ortodoxos será recibido por Castro en el Palacio de la Revolución. En un segundo encuentro, el patriarca impondrá al presidente cubano la condecoración de la Orden de San Andrés, dedicada a la memoria del fundador de esa confesión.
Como guía espiritual de su comunidad, el patriarca se abstiene de tomar posiciones políticas, explicó a su vez Benjamin Leavenworth, portavoz de la Iglesia ortodoxa en esta zona.
Ni siquiera puede considerarse una decisión política su visita a Cuba, manifestó el vocero. "Su único propósito es consagrar la catedral de San Nicolás".
Un cisma en el catolicismo en el siglo XI propició el surgimiento de la confesión cristiana ortodoxa. Desde entonces ambas iglesias han mantenido su rivalidad histórica, hasta el viaje del papa Juan Pablo II a Grecia, hace dos años, en el que se inició el deshielo religioso.
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