México D.F. Jueves 8 de enero de 2004
Desde 2001 dio el visto bueno a "peticiones" de Washington para enfrentar el terrorismo
Aprobó la OTAN las medidas de seguridad estadunidenses en aeropuertos extranjeros
ELIZABETH VELASCO C.
Las medidas de seguridad "antiterroristas" en puertos y aeropuertos de países aliados a Estados Unidos tienen sus antecedentes tres semanas después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) avaló una lista de ocho peticiones planteadas por el gobierno de George Bush para hacer frente a los actos de sabotaje.
En la lista, Washington estableció como una de sus prioridades tener acceso a los puertos y aeropuertos en el territorio de los países miembros de la OTAN, aumentar la seguridad en las instalaciones de Estados Unidos y de los países aliados, despejar el espacio aéreo para facilitar el tránsito de los aviones estadunidenses, mejorar la coordinación y el intercambio de la información de los servicios de inteligencia, tanto a nivel bilateral como en el marco de la alianza.
En ese entonces, los 19 países miembros de la OTAN (Bélgica, Canadá, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, España, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos) aprobaron también poner a disposición de Estados Unidos los 17 aviones AWACS de alerta y control; suplir con medios y efectivos europeos el eventual desplazamiento de tropas o unidades estadunidenses destinadas tradicionalmente a la defensa en Europa; dar asistencia a los aliados u otros países que pudieran ser blanco de ataques terroristas, y desplegar la sexta flota estadunidense asignada en forma permanente en el Mediterráneo oriental.
La aceptación "unánime" de las medidas solicitadas por Estados Unidos a los países aliados representó la superioridad de Washington en las operaciones militares antiterroristas, según reportes de la prensa europea.
Las declaraciones del entonces secretario general de la OTAN, George Robertson, ilustran cómo se relegó a esa organización a un papel secundario en las acciones contra la lucha antiterrorista.
"Las decisiones (de ayudar a Estados Unidos y aceptar todos sus requerimientos) demuestran que los aliados están comprometidos en apoyar y contribuir al liderazgo de Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo", declaró el 4 de octubre en Bruselas el secretario general de la OTAN, quien enfatizó: será Washington quien "ejercerá el liderazgo en las operaciones".
De esa manera, las medidas aprobadas por el consejo atlántico dieron a Washington la posibilidad de "aumentar el número de opciones" para hacer frente a los ataques terroristas.
Aún más, dentro de la decisión no se estableció algún plazo límite para que terminaran las medidas. Sólo se planteó que los miembros de la alianza debían "empezar el proceso" de discusión mediante el cual cada país definiera la forma en que prestaría de manera bilateral o colectiva el apoyo a Estados Unidos.
Con respecto a la cesión del espacio aéreo y de los puertos y aeropuertos, cada país miembro debía negociar con Washington qué parte estaba dispuesto a ceder y bajo qué condiciones. El convenio establecía que la negociación se podía llevar a cabo de manera bilateral o conjuntamente en el marco de la alianza.
En la tercera semana de octubre de 2001, Bush tuvo una nueva victoria en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), tras conseguir que los 21 países miembros aprobaran una declaración de solidaridad en su lucha contra el terrorismo, hecho sin precedentes en los 14 años de existencia del foro.
El documento suscrito por los países miembros avalaba "una mayor cooperación para llevar a los autores (de los atentados) ante la justicia", así como un fortalecimiento e incremento de la vigilancia electrónica en aeropuertos, mayores controles fronterizos y acciones conjuntas contra las vías de financiamiento a grupos involucrados en los atentados.
Tomando como punto de partida los acuerdos de la OTAN adquiridos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, tras la realización de la conferencia ministerial de alto nivel de la Organización Internacional de la Aviación Civil (celebrada en febrero de 2002), se determinó constituir en Europa el denominado Plan de Acción de la Seguridad Eurocontrol, con el propósito de "fortalecer la seguridad del tráfico aéreo e intensificar la cooperación civil y militar" en el continente.
Según se detalla en la página electrónica de Eurocontrol (www.eurocontrol.be/activities/civil-military/), organización intergubernamental compuesta por los ministros del Transporte y de la Defensa Nacional de los países miembros de la Comunidad Europea, los planes de defensa civiles y militares se coordinan de manera conjunta con la OTAN para asegurar la "máxima eficacia" y evitar "la duplicación de recursos".
En coordinación con la industria de la aviación, Eurocontrol "ha desarrollado cuatro iniciativas estratégicas de seguridad" basadas en el intercambio de información sobre el tráfico aéreo entre la industria aérea civil y militar; manejo estratégico de la información relacionada con el tráfico aéreo civil; mejora de los sistemas de comunicación en los aviones, incluyendo como una necesidad el manejo de datos cifrados, y revisión de los procedimientos para el tráfico aéreo a la par de un entrenamiento enfocado en la interferencia "ilegal" de los aviones.
Destaca en los lineamientos operativos de Eurocontrol "la cooperación eficiente entre las organizaciones civiles y militares"; ésta, dice, "es un elemento crítico" para la mejora, eficiencia y gerencia segura del espacio aéreo europeo.
En el nivel institucional más alto se ubica la asamblea general, integrada por los ministros de Transporte y los de la Defensa Nacional responsables de la política general de la institución. Los funcionarios constituyen el denominado Consejo de Eurocontrol, el cual "supervisa el trabajo de la agencia y de sus representantes (directores generales de aviación civil)".
Los estados de la Comunidad Europea "pueden designar a varios directores generales para representar los intereses de la aviación civil y de la defensa nacional".
Existe además una "comisión permanente interdisciplinaria civil/militar" (CMIC, por sus siglas en inglés), que en su papel de organismo consultivo asesora al Consejo en decisiones que tienen impacto en "responsabilidades militares".
Las medidas y requisitos militares que involucran a los sistemas de aviación, navegación y de defensa nacional se han "armonizado" a través de la creación de un grupo de trabajo que de manera conjunta con la OTAN han establecido y suscrito "en los niveles más altos" de los Estados "un sistema común de pautas de seguridad" en el manejo del tráfico aéreo.
Por añadidura, los siete nuevos miembros de la OTAN (Bulgaria, Estonia, Latvia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia) integrados a esa organización la semana pasada, tendrán que sumarse a las políticas y operaciones militares lidereadas y conducidas por Estados Unidos.
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