México D.F. Jueves 8 de enero de 2004
Washington pretende obtener mano de obra barata
y sin derechos: Elaine Levine
El plan Bush sólo servirá para fichar
a trabajadores migrantes, afirma experta
KARINA AVILES
El programa de "trabajadores huéspedes", anunciado
ayer por el presidente George W. Bush, lejos de crear garantías
y derechos laborales para los inmigrantes, significa una vía más
para "tenerlos fichados", pues con esta iniciativa las autoridades estadunidenses
"se aseguran de saber quiénes son y dónde están",
expresó Elaine Levine, experta del Centro de Investigaciones sobre
América del Norte (Cisan) de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). Señaló que si el gobierno federal
no es capaz de defender los intereses de los mexicanos en nuestro territorio,
"se ve más difícil que lo haga con los que viven en el extranjero".
En
entrevista, la especialista destacó que en los tres años
de empleo que prevé el programa los trabajadores no podrán
obtener la residencia, lo cual significa que los "van a sacar" de Estados
Unidos sin tener ninguna garantía. Es "idílico" pensar que
en un trienio lograrán la legalización, pues hay que recordar
que apenas se otorgan 140 mil permisos anuales, recalcó.
En realidad, lo que pretende esta iniciativa es "perpetuar
el flujo de ilegales. Lo que sigue buscando el gobierno estadunidense
es mano de obra barata que no vaya a crear derechos". La mayoría
de los migrantes tendrá que salir de Estados Unidos para que entren
otros nuevos.
Por otra parte, indicó, cualquier programa temporal
es sumamente "restrictivo y punitivo", razón por la cual las organizaciones
no gubernamentales los rechazan. Si el inmigrante está obligado
a tener el mismo patrón y éste lo despide antes del tiempo
pactado, las condiciones del trabajador quedan en una completa vulnerabilidad
que además puede revertirse en su contra, porque si tiene que salir
del país y no lo hace el gobierno estadunidense ya lo tendrá
bien registrado.
Es decir, se trata de "ejercer un control" y de "asegurar
quiénes son y dónde están (esos trabajadores) para
tenerlos fichados". Por otro lado, si el trabajador cambia de patrón,
esto pudiera utilizarse para que no sean candidatos a la residencia.
Levine manifestó que para que un convenio en materia
de migración beneficie realmente a los buscan un empleo en el vecino
país del norte, debe permitir la libre movilidad de la mano de obra,
asegurar salarios mínimos y derechos humanos y laborales de quienes
prestan sus servicios.
También tendría que reconocer la realidad
del gran número de personas que acuden a Estados Unidos y garantizar
que no habrá un trato distinto a los extranjeros que ocupan un puesto
de trabajo en aquella nación.
La especialista recomendó tener cautela con este
programa y no alzar expectativas demasiado optimistas, ya que "parece ser
un arma de dos filos". Por otra parte, dijo, no hay que olvidar las razones
políticas de Bush para anunciar este proyecto que, además,
necesita de la aprobación del Congreso estadunidense.
Agregó que es difícil anticipar qué
podrá ocurrir con los legisladores estadunidenses, ya que muchos
insisten en que no se puede premiar a quienes ingresaron ilegalmente a
su país.
Indicó que lo deseable es que el gobierno mexicano
realizara una mejor defensa de los connacionales, pero se ve "difícil"
que lo haga porque hasta el momento ha demostrado "aceptar cualquier cosa.
Si no defiende los intereses de los mexicanos aquí, menos lo hará
en el extranjero", finalizó.
|