Ya no me preocupa el dopaje: José Goldschmied; no le echen más agua al caldo, pidió

La judoca Vanesa Zamboti casi calificada a JO

JORGE SEPULVEDA MARIN

La judoca mexicana Vanesa Zamboti avanza con 19 unidades en el primer sitio de la clasificación a los Olímpicos de Atenas 2004, luego de dos competencias, y tiene la certeza obtener su boleto antes de que termine este año.

La juvenil de 21 años de edad, 1.72 metros de estatura y competidora en la categoría de más de 78 kilogramos comentó que en caso de lograr su pase a los juegos de verano -en los Panamericanos de Santo Domingo-, ya no participaría en el Mundial de la especialidad de Osaka, Japón, en septiembre, para recuperarse totalmente de una lesión que tuvo en el hombro derecho.

Ganadora de la medalla de oro en la competencia selectiva a la justa olímpica realizada el viernes en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), Zamboti dijo que tiene confianza en lograr buen papel en la justa continental de Santo Domingo y mejorar lo hecho en Winnipeg.

A las afueras del CDOM, ante cinco patrullas de la policía preventiva, padres de familia de la Asociación Metropolitana de Judo, encabezados por su dirigente Jesús Rosas, exigieron pacíficamente la salida del titular de la Federación Mexicana de Judo, Gabriel Goldschmied, a quien le gritaban: "Ten vergüenza y renuncia", además insistieron: "šGoldschmied, castiga a tu hijo", quien está en espera de una posible sanción por dopaje.

Rosas acusó de nueva cuenta al federativo por no actuar, como dirigente deportivo, bajo las premisas del "juego limpio", al solapar el consumo de sustancias prohibidas a su propio hijo, cuando su labor debería ser evitar justamente eso en cualquier competidor y buscar el desarrollo de la disciplina.

Luego de perder un combate más, ayer José Goldschmied recomendó a quienes exigían la renuncia de su padre, que vieran el nivel de la prueba que se disputaba en ese momento en el lugar y pensaran mejor lo que pedían.

Sobre su acusación de dopaje, reiteró que hasta ahora no se le ha comunicado ningún castigo, y que su defensa, aunque en un principio calificó de confidencial el resultado del análisis, y argumentó que "a nadie le incumbe si fue mucho o poco por arriba del límite" (el consumo de nandrolona), terminó por comentar que el litigio está basado fundamentalmente en el procedimiento, en que los medios lo dieran a conocer antes que el interesado se enterara.

Y tras asegurar que el asunto "ya no me preocupa", culpó a la prensa de haber dado a conocer lo de su dopaje, y le suplicó respeto en el manejo del asunto, "que ya no le echen más agua al caldo", porque "me sentí agraviado, se metieron conmigo personalmente y no creo que se valga".