México D.F. Domingo 25 de mayo de 2003
La cinta se estrenó esta semana en nuestro
país
En El lado oscuro del corazón 2, Subiela
revive a Oliverio una década después
JUAN JOSE OLIVARES
Esta semana se estrenó en algunas salas la película
El lado oscuro del corazón 2, segunda parte de la poética
primera versión del cineasta argentino Eliseo Subiela, que hace
10 años ganó festivales como el de La Habana y el de Montreal.
La cinta se proyecta bajo el atrevimiento de la distribuidora
Macondo, a la que no importó la avasallante ola publicitaria que
envolviá a la segunda parte de Matrix, que se proyectó
el mismo día, pero con más de 500 copias.
Diez
años después, Oliverio (Darío Grandinetti), el protagonista,
ha perdido el pelo, pero no las mañas. Conserva su vocación
de poeta errante y sigue buscando a la mujer ideal, la mujer que sea capaz
de volar.
En esta búsqueda aparece Miranda (Carolina Peleritti),
a quien le dicen La Anguila porque cuando la besan se electriza
a tal punto que es capaz de, literalmente, encender una lamparita entre
sus dedos. Miranda no es sólo una mujer hermosa sino que además
estudia física, carrera que se relaciona con una de las principales
preocupaciones de Oliverio: la ley de gravedad. Pero pronto ella le plantea
la idea de irse a vivir juntos y la necesidad de que Oliverio consiga,
por una vez, un trabajo normal. Ante esta amenaza, Oliverio terminará
arrojando a Miranda al foso de su cama pirañera, a donde van a parar
las mujeres que descarta.
El recuerdo de Ana (Sandra Ballesteros), la única
mujer con la que pudo volar, se convierte en su obsesión. Por eso,
Oliverio decide rencontrarse con ese amor y viaja a Barcelona. Pero Ana
no es la misma. Dejó atrás su pasado como prostituta en Montevideo,
trabaja en una gran tienda y vive con su hija de 20 años. El encuentro
promete revivir la misma fogosidad del pasado, pero descubren que el pasado
es sólo eso.
Decía Oliverio en un texto de la primera película:
''Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o
como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy importancia
igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisiaco o insecticida.
Soy capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias. Pero eso sí, y en eso soy
irreductible, no les perdono bajo ningún pretexto que no sepan volar;
si no saben hacerlo, pierden el tiempo conmigo".
Y 10 años después...
Ahora la coproducción es de Argentina y España,
con locaciones en Buenos Aires y Barcelona. Sobre esta segunda parte, el
cineasta comenta: ''Al proponerme continuar con la historia, lo primero
que pensé y me tentó fue: ¿Y hoy, 10 años más
tarde (con todo lo que significa), Oliverio y yo seguimos pensando las
mismas cosas del amor, de las mujeres, del sexo y de la muerte? Vamos a
ver''.
El resultado fue la continuación de las aventuras
de este 'macho arquetípico' de nuestra cultura, inevitablemente
porteño, que un día se va a buscar nuevas ilusiones a España
"porque si nos quedamos acá vamos a envejecer antes de tiempo".
En este punto las fantasías de Oliverio también
están reflejando esa casi permanente y frustrante fantasía
argentina de que ''la felicidad está en otra parte."
Agrega: ''En estos diez años, Oliverio y yo hemos
perdido el pelo, seres queridos, alguna que otra ilusión, pero no
hemos arriado las banderas. Seguimos creyendo en el amor y en la poesía
como salvación. Y también en un público inteligente
y sensible que hizo de una película construida como poema un éxito
comercial.
''El lado oscuro del corazón 2 es la misma
apuesta. Esta vez le agregamos un 2 porque es una apuesta redoblada."
No obstante, dice Subiela, Oliverio es un exponente de
las fantasías, los miedos y algunos de los lamentables y a veces
conmovedores mitos con los que hemos sido educados la mayoría de
los hombres crecidos en esta cultura. Mitos de consecuencias nefastas para
nuestra felicidad como 'Los hombres nunca lloran'.
"Por eso, pese a que se cuente la historia de un personaje
que arroja al vacío a sus mujeres luego de haber satisfecho su pedido
sexual, El lado oscuro del corazón nunca fue entendida como
una película machista. Los que hicieron una lectura correcta de
la película -la mayoría- por suerte reconocieron en Oliverio
y en todos los hombres de esta historia a personajes inmaduros, casi adolescentes".
Con guión del mismo Subiela, fotografía
de Teo Delgado y música de Osvaldo Montes, El lado oscuro del
corazón 2 envuelve de nuevo con poesía al espectador
ávido de historias melosas.
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