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México D.F. Domingo 25 de mayo de 2003
Leonardo García Tsao
Cannes 2003
Los últimos estertores y otro corto mexicano premiado
Cannes. Las cosas no mejoraron el último
día de la competencia de la edición 56 del festival de Cannes.
Por mucho que el inglés Peter Greenaway ha pregonado la necesidad
de revolucionar el cine desde sus raíces, su más reciente
trabajo evidencia nuevamente qué tanto se ha estancado en las mismas
propuestas. Pensado como una trilogía cinematográfica y un
proyecto multimedia con ramificaciones en internet, DVD (con 92 entregas)
y hasta en libro, The Tulse Luper suitcases. Part 1. The Moab Story,
reitera las constantes formales y temáticas de su cine, al narrar
la vida del personaje titular, un alter ego de Greenaway y testigo
de los principales hechos del siglo XX.
La
película funciona como un abigarrado objeto de arte, una colección
de bellos cuadros vivientes que utilizan la gráfica digital, el
paintbox, la caligrafía y la pantalla dividida, entre otros
recursos, para abundar en la obsesión del autor por la numerología,
las listas, la representación teatral y la metáfora política.
Pero como dramaturgo, Greenaway ha demostrado ser muy limitado. Quiten
el entramado formal, las pretensiones artísticas y lo que queda
no es demasiado diferente a La loca historia del mundo, de Mel Brooks:
obvias viñetas satíricas, personajes con nombres ridículos,
actores sobreactuados hasta la payasada y una insistencia vulgar en las
cuestiones del sexo y los orificios corporales. Francamente, no quedan
muchas ganas de ver las dos partes restantes.
La vigésima y última concursante fue un
claro relleno que, según el rumor, fue extraída de la sección
Una Cierta Mirada para sustituir una cancelación. Es además
la única dirigida por una mujer, la japonesa Naomi Kawase, lo cual
vino a demostrar que también ellas tienen derecho a aburrir al respetable.
Por alguna razón, la película originalmente titulada Sharasojyu,
se ha traducido como Shara.
La que no tuvo nombre, aunque se titula Les côtelettes
(Las chuletas), fue la sexta competidora francesa. Cuando se ha
pensado que con The brown bunny se ha visto la peor película
imaginable en un festival internacional, llega esta nueva realización
de Bertrand Blier para intentar lo que podría definirse como la
versión senil de Les valseuses interpretando una sexista,
misógina y grotesca comedia de bulevar. Muy penoso ver a buenos
actores como Philippe Noiret y Michel Bouquet hacer el ridículo
mientras gritan sus parlamentos, al son de una música estridente
que aniquila la cada vez más menguada paciencia del espectador.
Hasta Vincent Gallo, el minimalista director de The
brown bunny, ha causado lástima después del acto de contrición
que realizó al concluir la función pública de su película,
prometiendo no volverlo a hacer. En cambio, Blier ha provocado deseos de
una agresión física. Por lo pronto, la prensa lo recibió
con la peor silbatina que recuerde en Cannes. No es que uno apoye las medidas
de presión del gobierno de Bush, pero habría que pensar seriamente
en una forma de boicot para que Francia deje de producir cosas como Les
côtelettes.
Ahora los inevitables pronósticos se centran sobre
el puñado de películas que han gustado a la mayoría
de la crítica: Dogville, de Lars Von Trier; Les invasions
barbares, de Denys Arcand; Mystic River, de Clint Eastwood,
y Uzak (Lejanía), de Nuri Bilgué Zheylán;
hay también quienes han manifestado una preferencia por Elephant,
de Gus Van Sant; La petite Lili, de Claude Miller, y Swimming
pool, de François Ozon. ¿Estará el jurado de acuerdo?
Por lo general, la gente normal no suele coincidir con la crítica
pero todo puede suceder en un jurado integrado por cuatro realizadores
--el presidente Patrice Chéreau, el chino Jiang Weng, Steven Soderbergh,
el bosnio Danis Tanovic--, tres actrices -la india Aishwarya Rai, Meg Ryan,
Karin Viard--, el actor Jean Rochefort y el escritor italiano Erri de Luca.
No hay un crítico que los guíe por buen camino.
Hablando
de pronósticos, tuve razón en augurarle algún premio
a Rebeca a esas alturas, el corto de Luciana Jauffred, egresada
del CCC. En el concurso de la Cinéfondation obtuvo el tercer lugar,
compartido con TV City, de los argentinos Alberto Couceiro y Alejandra
Tomei. Como detalle irónico, debo apuntar que el corto de Jauffred
no se exhibió en la reciente Muestra de Guadalajara porque fue rechazado
por el insigne comité de selección tapatío. Es decir,
Rebeca a esas alturas pudo sobresalir en Cannes entre una veintena
de trabajos escolares internacionales, pero su calidad no se consideró
suficiente para concursar en su propio país, dentro de una amplísima
selección donde sí encontraron cabida varios ejercicios espeluznantes.
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