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México D.F. Domingo 25 de mayo de 2003
Las procacidades y agresividad de la hija de
Ozzy prendieron al público en el Jardín Sur
Kelly Osbourne, Resorte y Papa Roach llenaron de slam
el Aca Fest
El grupo mexicano ofreció una actuación
que satisfizo al respetable El desenfreno de Jacoby Shaddix, vocalista
de la cucaracha papá, volvió loco al personal de seguridad
JORGE CABALLERO ENVIADO
Acapulco, 24 de mayo. El rock regresó al
Jardín Sur del Centro de Convenciones donde, en estricto orden de
intervención y, únicamente para ser más exactos, de
prendidez, Kelly Osbourne, Resorte y Papa Roach, acompañados con
su rocanrol de diferentes intensidades/tonalidades, resultaron el mejor
pretexto para slamear en la penúltima jornada del Aca Fest
2003, no tan llena como la del pasado martes pero sí igual de intensa
para darle un poco de brillo a la turbia celebración.
La noche comenzó con la angelical Kelly Osbourne,
quien resultó toda una revelación para propios y extraños;
sus gestos de happy punk sobre el escenario fueron celebrados en
todo momento: se derramó agua sobre la cabeza en diversas ocasiones;
profirió varias procacidades -"chúpame la verga" y "quieren
decirme qué significa masturbación"-; desdeñó
el reconocimiento Aca Fest, que se les da a los participantes, y hasta
el icono básico del rock de aventar el micrófono y retirarse
lo realizó cuando un proyectil del tamaño de una canica le
pegó en la cara.
Su agresividad color nácar, contenida de manera
diluida en su información cromosomática heredada vía
paterna, acompañada con una potente banda de músicos: dos
guitarras, bajo y baterista, comenzaron con la rola Disconected,
para continuar con Contradiction, donde interpeló a su público
y en el estribillo I love you señaló a una decena
de chicos de las primeras filas los cuales se alocaron, no así a
los que les endilgó la segunda parte de éste I hate you.
Ella coqueteó además con la cámara, oficio adquirido
vía reality show en el programa de los Osbourne. Cantó
cuatro temas más y por último el cover Papa don't preach,
que viera su mejor momento en los años 80 con Madonna; fue ahí
cuando abandonó el escenario al recibir el proyectil en la cara
y que todos los reporteros que hacen periodismo ficción conocieron
como "el canicazo", aunque el set list (lista de canciones) develó
que hasta ahí llegaba el guión preparado por la niña
de la perpetua mueca de encabronamiento: Kelly Osbourne.
¡Péguele al cómico!
Después
siguió el primer segmento cómico con Carlos Bonavides, pero
los rudos chicos acapulqueños inmediatamente comenzaron a lanzarle
un impresionante arsenal de botellas llenas de tierra, varias dieron en
diferentes blancos pero una pegó en pleno rostro del otrora Güicho
Domínguez y le voló el micrófono; estoico, Bonavides
volvió a salir; el operador le pedía que se alargara e hizo
una mueca de frustración mezclada con temor y desagrado, pero siguió
sorteando los proyectiles. Cuando le avisaron que anunciara a Resorte,
se relajó y le devolvió al público una de las tantas
mentadas de madre que le habían lanzado.
La escena se repitió en otro momento del concierto,
entre la actuación de Resorte y Papa Roach, con un temeroso Memo
Ríos, el cual sólo duró 13 segundos sobre el escenario.
Después condujo el show refugiándose tras una mampara.
Desmadre, irreverencia y un micrófono perdido
De regreso con el rocanrol. Salió Resorte con una
fuerza inusitada, se les veía felices, el baile tribal se tornó
inconmensurable desde la primera canción, América,
con las catapultas, los headbanings y los ánimos infundidos
por el grupo: "a mover las patas, cabrones"; la concurrencia estaba a media
capacidad pero igual hicieron desmadre. En este momento el Jardín
Sur ya no tiene pasto y con el slam dance los prevenidos chicos
llevaron escafandras, máscaras de luchadores y otros se cubrieron
el rostro con sus playeras para que no se tragaran la tierra que se levanta
en el mosh pit.
El rapcore de Resorte incidió en los ánimos
de todos los asistentes, con lo cual quedó comprobado que es una
de las mejores bandas del circuito comercial del rock nacional. Resorte
incluyó temas como Brota, Alcohol, Puro rock, Aquí no
es donde y Volátil. Los aferrados de las primeras filas
pagaron las consecuencias del hermoso desmadre de los bailadores de slam
pues con cada catapulta o embestida del mosh los apretujaban contra
las barras. En fin, fue una actuación que satisfizo a todo mundo.
Pero el verdadero frenesí llegó cuando Jacoby
Shaddix, Dave Buckner, Tobin Esperence y Jerry Horton, o sea Papa Roach,
tomaron sus posiciones en el micrófono, batería, bajo y guitarra,
respectivamente. Al descubrirlos los chicos comenzaron a gritar "Coby,
Coby", quien devolvió el saludo con un "¿cómo están,
putos? ¿Quieren rock, putos?" Hasta la señorita Osbourne
se posó a un lado del escenario para ver la actuación de
la cucaracha papá, donde en todo momento estuvo lamiendo
su dedo pulgar izquierdo.
Mientras la banda se la rifaba en el escenario, la irreverencia
de Jacoby se trasladó fuera de él: se subió a la grada
norte, a la grúa de la cámara, se metió a las inmediaciones
del mosh, se tiró en los brazos del público y escupió
agua al público. La seguridad no sabía qué hacer para
contener el desenfreno de Jacoby.
Interpretaron una docena de canciones, de las cuales sobresalieron
Dead cell, She loves me not, M-80, Barbed wire, Anger insex y Last
resort. Al final, Jacoby aventó el micrófono al público,
el sonido dijo: "Favor de devolver el micrófono, no es de Papa Roach",
no hubo respuesta, así que subieron el volumen del micro
y la estática por un momento descubrió al afortunado, pero
zanjó el asunto apagándolo. La gente abandonaba el espacio
mientras el sonido volvió a tratar de sobornar: "se los cambiamos
por una playera de Papa Roach... una fotografía con ellos...", pero
el tesoro era mayor que el trueque, pues con ese micro había
cantado Jacoby, vocalista de Papa Roach, en el Aca Fest 2003.
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