México D.F. Domingo 25 de mayo de 2003
Señala que México está haciendo las cosas "mucho menos mal" que otros países
El problema del desempleo no es motivo de escándalo, asegura Abascal Carranza
FABIOLA MARTINEZ
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal Carranza, pidió a los críticos del gobierno foxista manifestar su opinión con objetividad y "no plantear (el problema del desempleo en México) como un motivo de escándalo".
Indicó que los funcionarios de esta administración se encuentran en "permanente insatisfacción" ante el panorama actual, pero ello no significa que "de tanto negar los ángulos positivos y cifras duras acabemos por destruir lo que sí se ha hecho bien".
El contexto laboral vigente en nuestro país contempla 40 millones de personas en edad de trabajar, de las cuales 10.6 millones se ocupan en empleos sin ninguna prestación y poco más de 12 millones están inscritas en el Seguro Social. Además, cerca de 700 mil personas están en el desempleo abierto y poco más de 500 mil laboran más de 48 horas a la semana con pago diario inferior a 43 pesos, según cifras oficiales.
"No nos molestan (las críticas), lo que nos importa es que se digan las cosas objetivamente, o sea, desde diferentes ángulos (...) Hay ángulos que muestran que México lo está haciendo mucho menos mal, digámoslo así, que otros países", expresó.
Entrevistado al término de la ceremonia por el 85 aniversario de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), Abascal Carranza reiteró que el déficit de "empleos decentes" en nuestro país, es decir, aquellos que no cuentan con un salario remunerador y un esquema de seguridad social y prestaciones de ley, es un problema del que gobierno, empresarios y trabajadores deben ser corresponsables.
En el caso específico de los más de 10.6 millones de asalariados sin prestaciones, según estudios de la propia Secretaría del Trabajo y Previsión Social y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, esto se debe a la ausencia de un marco tributario adecuado al tamaño de cada unidad productiva que los aliente a incorporarse a un régimen formal y, en consecuencia, participar en diversas fórmulas de seguridad social.
Una vez más el funcionario dijo que sólo se podrán corregir problemas estructurales cuando se aprueben las reformas pendientes (laboral, fiscal y eléctrica, entre otras) para incorporar a más personas al sector formal de la economía.
Abascal reconoció que en los meses recientes ha aumentado el número de ocupaciones en las que crecen las obligaciones del trabajador, pero no sus derechos, como es el caso de los vendedores que laboran por honorarios o en calidad de simples contratistas a comisión.
Es una situación totalmente injusta, porque el desempeño de esas funciones conlleva riesgos adicionales -como en el caso de los vendedores de fichas de servicio telefónico celular- por vender en plena vía pública y sin ninguna protección social.
Rechazó que el gobierno sea complaciente con el avance de este tipo de empleos, y en todo caso se trata de un problema de estructura, en el que los trabajadores tienen el derecho de demandar por las irregularidades ante la Procuraduría de la Defensa del Trabajo.
Antes, frente a la directiva de CROM, la primera central obrera constituida en mayo de 1918 por Luis N. Morones y dirigida desde los años 70 por Ignacio Cuauhtémoc Paleta, el secretario del Trabajo se comprometió a defender los legítimos derechos sociales, especialmente de la mujer trabajadora. Ello, dijo, por medio de una política laboral incluyente, "sin privilegiados ni excluidos", y con la vigilancia de la autonomía sindical en el marco de la Constitución.
Ante ese discurso, Abascal recibió varias porras de los cromistas traídos, en su mayoría, desde Jalisco. Atrás quedaron los abucheos y los chiflidos. Al que no le fue tan bien fue al director del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), Víctor Manuel Borrás, porque los dirigentes obreros le hicieron fuertes reclamos por el nuevo esquema de crédito de esa institución.
Mayela Trueba, secretaria de Acción Femenil de la CROM, señaló al funcionario que los resultados de la globalización han sido negativos en materia de empleo, desarrollo social y combate a la pobreza. Fue entonces que alzó la voz para rechazar las nuevas reglas de crédito del Infonavit, que las coloca fuera del alcance de cualquier trabajador. "De veras, nos pasaron a amolar", fue el reclamo que siguió a Borrás hasta la puerta de la sede cromista.
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