Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 19 de abril de 2003
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Deportes
¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Verdades a medias

UNA DE LAS causas del desorden que acompaña al planeta, por lo menos desde el inicio de la llamada civilización, es la abismal diferencia entre conocer la verdad y amar la verdad. De ahí las reveladoras declaraciones al diario ABC del rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, a su regreso a España, luego de torear en plazas mexicanas la friolera de 74 tardes en poco menos de cinco meses.

CIFRAS SIN PRECEDENTE en la historia del toreo en nuestro país, donde nunca se había visto a un rejoneador actuar en casi 15 corridas al mes, es decir, un promedio de más de tres festejos por semana... a unos 400 mil pesos por actuación enpromedio, lo que arroja, conservadoramente, ingresos por cerca de 30 millones de pesos.

PRAGMATICAMENTE, EL CABALLISTA añadió que para su temporada europea 2003, que inicia el 21 de abril en la plaza de Arles, Francia, intentará bajar el número de actuaciones en agosto y septiembre, "porque cuando se torea demasiado uno puede aburrirse y atorarse"... si no hay 3 millones de dólares de por medio, le faltó aclarar.

LO QUE MOLESTO a ciertos críticos matraqueros, cuyo nacionalismo oportunista aflora en cuanto estos figurones regresan a su país de origen y dejan de repartir estímulos, fue que el taquillero rejoneador afirmara con todas sus letras que la fiesta en México pasa "por un momento muy crítico" y que le duele "la pésima situación que atraviesa el toreo", lo que le mereció ser tachado de "poco agradecido" por los jilgueritos de la prensa especializada.

"LA VERDAD -AÑADIO Pablo- es que las plazas sólo se llenan cuando actuamos El Juli o yo. Nuestra comparecencia en los cosos es el único modo de que el engranaje que hay en torno al toro se mueva. Sé que esto ha ocasionado molestias entre algunos compañeros, pero la realidad es ésa. Como el boom del Juli aquí, soy yo allí." Y remataba: "Las empresas me tratan muy bien; a fin de cuentas muevo la economía".

EN CUANTO A que Hermoso y El Juli son los únicos llenaplazas con que cuentan los pasmados empresarios taurinos mexicanos, es una verdad irrefutable, habida cuenta de que éstos llevan más de dos décadas utilizando la fiesta de toros para fines extrataurinos, con una falta de rigor y de resultados que contrasta con el eficientismo corporativo del resto de sus negocios.

LAS VERDADES A medias aparecen cuando Hermoso, en su triunfalismo, olvida el cúmulo de ventajas y politiquería que él y El Juli, como todo llenaplazas que se respete, imponen a los dependientes taurinos de México: negarse a sortear con sus alternantes de a pie o de a caballo; sacarlos de los carteles, ordenar que se modifiquen los lotes hasta dejar los "toros" más cómodos para ellos, escoger fechas y, lo más censurable, haber faltado, por segundo año consecutivo, a su promesa de apoyar durante sus millonarias campañas a toreros jóvenes con cualidades. Está bien denunciar la crisis de la fiesta brava, pero pésimo escurrir el bulto cuando se puede contribuir a que tan hospitalario país salga de ella.

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