La dependencia consolida una base de datos sobre las bandas que operan en la capital
Recuperó la PGJDF más de $3 millones pagados a secuestradores en 2002
Jueces sentencian a los plagiarios a reparar el daño material y moral causado a las víctimas
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) recuperó el año pasado más de 3 millones 200 mil pesos que bandas de secuestradores obtuvieron como pagos de rescate por sus víctimas.
Un informe de la dependencia señala que de 168 plagios en los que intervino personal del área de secuestros de la Fiscalía Central para la Seguridad de las Personas e Instituciones, en 21 casos se consiguió liberar a las personas que se encontraban privadas de su libertad sin que se hiciera el pago demandado por los plagiarios.
El documento señala que la dependencia recuperó en total 3 millones 281 mil 830 pesos y 3 mil dólares, sin contar otro tipo de bienes, como casas de seguridad y autos que eran utilizados por los delincuentes.
El informe señala que en el año en referencia la dependencia avanzó en la consolidación de una base de datos con información relacionada con las bandas de secuestradores que han sido disueltas, los plagiarios detenidos y consignados ante la autoridad jurisdiccional, los apodos con los que se conoce a éstos, los vehículos que utilizan, las personas rescatadas y los lugares donde se efectuaron los pagos del rescate; los montos de dinero recuperado, entre otros.
Seguimiento a procesos penales de secuestradores
De igual manera, la dependencia, a través de la fiscalía especializada, realiza un seguimiento de los procesos penales de los secuestradores, lo que le ha permitido conocer, al margen del informe en cuestión, que en 99 por ciento de las sentencias dictadas por los jueces a secuestradores, la pena privativa de libertad va acompañada de la reparación del daño a las víctimas.
Al respecto, personal de la dependencia refiere que los secuestradores cumplen en la medida de sus posibilidades con la reparación del daño, pues al carecer de una cultura de la previsión, en vez de invertir el dinero que obtienen de los secuestros, generalmente lo usan para fiestas, viajes o para pagar sus vicios, e incluso lo tienen guardado en maletas, como era el caso de Daniel Arizmendi.
Las casas y automóviles que muchas veces adquieren con dinero de los plagios, también se les decomisan como instrumentos de delito, y de su enajenación es factible la reparación del daño.
Pero además del daño material, los jueces están sentenciando a los secuestradores a la reparación del daño moral, que es la afectación sicológica, que si bien aún es complicado cuantificar, la dependencia cuenta con personal especializado en la Subprocuraduría de Atención a Víctimas de Delito y Servicios a la Comunidad, que realizan los estudios específicos para la reparación del daño.
Incluso, desde el momento en que se presenta la denuncia, el Ministerio Público solicita la intervención del área de Atención a Víctimas, para que de inmediato se proporcione apoyo sicológico a los familiares, mientras el equipo de investigación interviene en la negociación y el pago del rescate.