El acto, provocación previa a comicios,
acusan; escritor denuncia escalada represiva
Violento desalojo policiaco de fábrica recuperada
por obreros de Argentina
La empresa había sido abandonada por sus dueños,
amigos de Carlos Menem
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 18 de abril. Cientos de policías
fuertemente armados, con carros de asalto y de bomberos, llegaron de manera
sorpresiva esta madrugada a la fábrica textil Brukman, abandonada
por sus dueños y recuperada por los trabajadores hace año
y medio, y desalojaron con violencia a cuatro obreros que la cuidaban.
Esto produjo la inmediata reacción y el arribo
del resto de trabajadores, quienes solicitaron ayuda a los vecinos.
Los obreros, mujeres y hombres, llegaron tomados de los
brazos, los mismos que pusieron en marcha la fábrica después
de ser abandonada por sus dueños e hicieron de Brukman uno de los
grandes símbolos de la "recuperación de la dignidad de los
desocupados".
También la respuesta de los vecinos fue sorprendente
con la llegada de grupos de jóvenes, piqueteros y estudiantes,
así como integrantes de asambleas de barrios y organismos sociales,
humanitarios y políticos. Incluso acudieron representantes de la
Iglesia católica, hasta reunir a miles de personas que condenaron
el desalojo y permanecieron en el lugar todo el día.
Hubo momentos de fuerte tensión cuando se produjeron
cruces de piedras entre manifestantes y policías que dispararon
gases lacrimógenos.
En asamblea, los trabajadores de Brukman decidieron retomar
su fuente de trabajo, lo que llevó a una negociación entre
el Ministerio del Interior, el juez que sospechosamente ordenó el
violento desalojo, abogados y representantes de los obreros para llegar
a un acuerdo que evite un enfrentamiento violento.
De
todo el país fueron enviados mensajes de adhesión, y desde
Francia llegó la protesta de dos organizaciones no gubernamentales:
"Francia-América Latina" y "Coordinación de Apoyo a las Luchas
del Pueblo Argentino".
En rueda de prensa en París, los organismos señalaron
que el gobierno argentino intenta enviar "un mensaje de orden a las capitales
nacionales e internacionales", y pidieron al gobierno de Eduardo Duhalde
que se respete el derecho de los trabajadores a continuar sus tareas.
La acción policial fue considerada "una provocación",
a sólo nueve días de las elecciones presidenciales, pues
los dueños de Brukman, que abandonaron la fábrica prácticamente
quebrada, son amigos del ex presidente Carlos Menem.
La sospecha es que el poder del ex mandatario sobre varios
jueces puede crear este tipo de situaciones de riesgo y aun de violencia
ante la imposibilidad de un triunfo en los próximos comicios.
El juez Jorge Rimondi, que dio la orden de desalojo y
restituyó la fábrica a sus dueños, que tienen enormes
deudas impositivas, no está en la causa de Brukman, por lo cual
se hace más fuerte la sospecha.
En crisis desde hace años
La fábrica textil fue una empresa familiar que
tuvo unos 300 operarios y trabajaba para Brasil, Uruguay y el mercado interno.
Desde 1995 en la firma nadie cobraba un sueldo entero y se fue reduciendo
personal, hasta quedar unos 115 trabajadores.
El 18 de diciembre de 2001, ante la actitud de los dueños
que pensaban cerrar sin pagar nada, los trabajadores se quedaron en la
empresa para impedirlo e intentaron negociar, aun perdiendo, pero fue imposible.
En febrero de 2002 los dueños se presentaron con
aval del Ministerio de Trabajo para cerrar la empresa "por 60 días,
arreglar las cosas y después volver a producir", lo cual era falso.
Así, los obreros, con grandes esfuerzos, comenzaron las manufacturas.
El 16 de marzo del año pasado hubo otro desalojo,
resistido por los obreros, los partidos políticos de izquierda y
las asambleas de barrio.
El pasado 24 de noviembre policías y civiles asaltaron
la fábrica en forma violenta en horas de la madrugada, en un día
feriado, pero como sucedió hoy, la rápida acción de
solidaridad, con la presencia de miles de personas, ayudó a recuperar
la empresa.
En esa ocasión los policías detuvieron a
los cinco trabajadores que custodiaban la fábrica, entre ellos a
una mujer y su hija de 9 años, quienes finalmente fueron liberados,
luego de que los dueños rompieron máquinas, se llevaron computadoras
de los trabajadores y sus diseños y otros documentos.
El asalto a Brukman, uno de los símbolos de unas
150 empresas recuperadas por sus trabajadores en todo el país, se
produce días después de que en la provincia de Neuquén
se intentara expulsar a los obreros de la firma Cerámica Zanón,
que no sólo está muy activa, sino que sigue incorporando
nuevos obreros, pero como sucedió hoy, miles de neuquinos impidieron
el desalojo.
Zanón es otra de las fábricas recuperadas
y puestas en marcha, y sus dueños, que abandonaron la empresa, pertenecen
también al círculo de amigos de Menem, por lo cual muchos
creen ver la mano del ex mandatario en el intento de crear disturbios ante
los comicios para los que no ha podido lograr un puntaje que lo diferencie
del resto de los competidores, y cuando Néstor Kischner sigue encabezando
las encuestas.
Más expulsiones
El pasado 14 de abril la policía desalojó
en esta capital a los vecinos de la asamblea de Lezama Surm, en San Telmo,
que ocupaban una sede abandonada del ex banco Mayo, en la cual realizaban
tareas comunitarias.
La policía rompió con hachas las puertas
y se llevó todas las pertenencias de los asambleístas, así
como los equipos de un grupo de periodistas que tiene un medio de información
alternativo.
"Se llevaron la computadora lograda con muchos sacrificios,
el periódico ya impreso y una exposición de fotografías,
precisamente sobre desalojos", dijo uno de los jóvenes a La Jornada.
En el titular del último ejemplar secuestrado se leía: "Para
un nuevo orden mundial, necesitan un nuevo orden barrial".
El ex banco Mayo fue otro de los modelos de la corrupción
menemista, presidido por el ex titular de la Delegación de Asociaciones
Israelitas Argentinas, Rubén Berajas, que quebró fraudulentamente
en 1995, con una maniobra de estafa a los ahorristas. Más tarde
se descubrió que sus directivos habían autorizado jugosos
autopréstamos.
Tampoco parece casual que en estos días, en la
provincia de Salta, gobernada por el candidato a la vicepresidencia de
Menem, el gobernador Juan Carlos Romero, que ha sido señalado en
causas de narcotráfico, haya ordenado la prisión de varios
líderes piqueteros, cuya libertad demandan todas las organizaciones.
Otro hecho alarmante en estas horas es la débil
o casi nula condena a los cuatro policías de Neuquén acusados
de asesinar a Teresa Rodríguez, una empleada doméstica, el
12 de abril de 1997 (otra Semana Santa), cuando se desalojaba violentamente
una ruta ocupada por trabajadores, desocupados y maestros.
Tampoco se ve como casualidad que la Corte Suprema de
Justicia, señalada como adicta mayoritariamente a Menem, reabriera
ahora una causa contra el reconocido cineasta Fernando Pino Solanas,
iniciada precisamente por el ex mandatario en 1991, por "calumnias e injurias".
Solanas había denunciado la corrupción en
el menemismo y dijo que esa corriente "no tenía nada que ver con
el peronismo". El 22 de mayo de 1991 el cineasta fue convocado por un juez
federal también "amigo" del ex presidente y ratificó sus
dichos.
Un día después un grupo de desconocidos
le disparó seis balazos en las piernas, en un evidente mensaje mafioso,
y nunca se descubrió a los responsables. Ahora se reabre una causa
que ya prescribió.
Esto ha provocado un estado de alerta en todo el país.
El escritor Osvaldo Bayer dijo anoche a La Jornada que se está
asistiendo a una "peligrosa escalada represiva".